La atleta guatemalteca Valerie Gruest anunció oficialmente su retiro de la natación profesional a sus 21 años. Con una carta exponiendo sus razones y compartida en redes sociales, la nadadora le dice adiós a la disciplina deportiva donde destacó y llegó hasta los Juegos Olímpicos de Rio 2016.
«Estoy rompiendo el silencio y anunciando oficialmente mi retiro de la natación competitiva. La natación me desafió a siempre superar mis límites para convertirse en una mejor versión de mi misma y me dio el coraje de luchar por mi libertad, incluso cuando las cosas se pusieron difíciles», se lee en las primeras líneas de la carta compartida por Valerie, hija de Karin Slowing.
Valerie Gruest dio a conocer las razones de su retiro a través de un mensaje en redes sociales. «Mi realidad auténtica a lo largo de mi vida ha sido completamente diferente de lo que todos han podido ver, ya que soporté abuso psicológico, físico y sexual mientras crecía. No fue hasta hace tres años que puede separarme de mi abusadora para detener este ciclo y procesar estos eventos», menciona el mensaje difundido por Gruest, quién completó sus estudios en la Universidad de Northwestern en Estados Unidos.
Valerie tuvo su primera competencia internacional a los cuatro años y desde entonces se identificó con la natación. Una de sus destacadas actuaciones se dio en el Campeonato Centroamericano y de México (Camex) 2016, que se desarrolló en Panamá, conquistando 10 medallas de oro, dos preseas de plata, seis récords de campeonato y cinco récords nacionales. Además, fue la atleta más joven de la delegación guatemalteca en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
«Tuve que superar más lesiones de las que puedo contar, me sometí a cuatro cirugías reconstructivas y luché por mi salud mental. Llegué a mi punto de ruptura, tanto física como mentalmente, lo que me llevó a despedirme del deporte que me enseñó las mejores lecciones de vida: trabajo duro, disciplina, superación de las dificultades, nunca rendirse y luchar por nuestros sueños», agrega la carta mostrada por Gruest.
«Ha sido difícil, ha sido una pelea diaria y hubo momentos en que no estaba segura de si iba a lograrlo. Aprendí que la familia no siempre es sangre: son los amigos quienes te apoyan en tus momentos más difíciles, te aceptan por lo que eres, te aman incondicionalmente y hacen que la vida valga la pena», puntualiza la carta de Valerie Gruest, quien permaneció durante 17 años ligada a la natación guatemalteca.