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Un recuerdo de Lorenzo Sanz, el ex Presidente del Madrid que falleció por el virus

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Una de las primeras víctimas del coronavirus impactó a la sociedad, especialmente al mundo del fútbol. Lorenzo Sanz, expresidente del Real Madrid, el gestor de la Séptima falleció a los 76 años. Solo, en un hospital donde acudió para hacerse unas placas. Sin el calor de su familia. «La palabra dolorosa se queda corta», denuncia su hijo Fernando Sanz.

Pasado un mes de su adiós, el dolor y la impotencia siguen presentes en la familia Sanz. «Hablar de él me consuela, es el mejor homenaje», confiesa Fernando que aún no ha podido estrecharse con su madre y hermanos en un abrazo en pleno duelo. En una entrevista con Efe da forma a la figura de un presidente que cambió el paso de un Real Madrid que había dejado de reinar en Europa. De vender agua de niño a puertas del Santiago Bernabéu a dirigir el club. El retrato de una persona hecha a sí misma que será homenajeada cuando todo pase.

Pregunta: ¿Cómo se encuentra tras lo que están viviendo?

Respuesta: Desgraciadamente hemos sufrido en primera persona los daños del coronavirus. Hace un mes mi padre falleció. Podíamos entrar en detalles de si el protocolo de entonces estaba bien o mal y si se actuó bien o mal. Como fue de las primeras personas reconocidas que fallecieron por coronavirus tuvo un impacto muy grande, concienció a la gente que vio que el virus mataba y no era una pequeña gripe como dijeron al principio. Recibí muestras de cariño por miles y un reconocimiento a la figura. Mi padre sabía el cariño que la gente le procesaba pero no el reconocimiento absoluto que le ha dado el fútbol nacional y mundial.

P: ¿Cómo era Lorenzo Sanz?

R: Una persona muy cercana, muy humilde. Con 7 años estaba en los aledaños del Santiago Bernabéu vendiendo agua. Procedente de una familia muy humilde y tras tantos años ser presidente de la entidad donde vendía agua, indica cómo era. Una persona hecha a sí misma, luchadora, que cumplió todos sus sueños. Para él lo principal era su familia y el Real Madrid. Les dedicó la vida. Es un golpe muy duro, se me ha ido un padre y una persona importante en la transición del fútbol de los 90 al fútbol moderno.

P: Su nombre queda como el gestor de la Séptima, un título que cambió el panorama del Real Madrid.

R: El Real Madrid ha tenido generaciones espectaculares de futbolistas, como la Quinta del Buitre, que no pudieron conseguir la Copa de Europa. Se resistía. El club era el rey por las seis ganadas, pero la Séptima fue una conquista muy esperada por todo el madridismo. Nunca vi las calles de Madrid tan abarrotadas como cuando llegamos de Ámsterdam para recibir al equipo. Había un millón de personas. La gente estaba ansiosa de ver al Real Madrid campeón de Europa. En esa época había distancia con los equipos italianos e ingleses en cuanto a ingresos y capacidad deportiva. Mi padre armó un equipo plagado de estrellas con pocos recursos. Fueron tres años seguidos con Liga, Copa de Europa e Intercontinental. Lo que más se reconoció en su trayectoria fue la Séptima.

P: ¿Fue el momento más feliz de la vida de Lorenzo Sanz en lo deportivo?

R: Sin duda, fue un momento apoteósico que nadie contaba con él. Enfrente teníamos a una Juventus con Zidane, Deschamps, Del Piero y muchísimos grandes nombres de la época con un potencial brutal. Nadie contaba con que el Real Madrid ganase. Para mi padre fue su mejor momento deportivo porque le costó muchísimo montar ese equipo sin prácticamente recursos.

P: Era un presidente de la vieja escuela

R: Una persona muy cercana que atendía de igual forma a un presidente que al conserje. Tenía tiempo para todo el mundo. Si le define una palabra era la cercanía. Un presidente muy futbolero que sabía mucho y veía todos los partidos. Le daba ventaja sobre el resto. Por todo lo que hizo en el fútbol, la Federación le va a dar un título póstumo por su trayectoria. En un momento en el que no primaba tanto lo económico en el fútbol español, con mucho ingenio consiguió que el Real Madrid alcanzase la Copa de Europa después de 32 años y una Intercontinental que, no se menciona tanto, pero que era después de 36 años, además de más trofeos con un Real Madrid que no tenía la capacidad económica de ahora.

P: Esa cercanía con el jugador, ¿se ha sentido ahora?

R: Me han llamado todos los componentes de la plantilla de la Séptima totalmente destrozados. Todos han dicho que se les ha ido un padre para ellos, un segundo padre. Él se preocupaba de que no tuvieses ningún problema para que te centrases en el fútbol. Intentaba asumir la presión y cualquier tipo de problema personal o laboral estaba para intentar solventarlo. Trajo a muchos de los que han sido símbolos del Real Madrid como Roberto Carlos o Raúl y le están súper agradecidos.

P: El padre de todos pero en la vida era solo de uno con una situación compleja que teníais que vivir.

R: Nunca me dio ningún consejo, él sabía y yo también qué papel estábamos jugando. Era el presidente de una plantilla en la que su hijo era uno de los jugadores. Él sufría en silencio lo injusta que fue la prensa y la afición. Me ponía en el sitio de los que criticaban y podía entender que pensasen que podía tener un favoritismo, pero cuando trabajaba, salía y solventaba los partidos uno detrás de otro, te tienen que mirar como uno más y no como el hijo del presidente. Eso nunca pasó. Recuerdo jugar con una presión terrible las semifinales de la Séptima y ser uno de los mejores del partido, dicho por la prensa, y al día siguiente sin pasar nada volver los silbidos.

P: ¿Fue lo que provocó su salida?

R: Era un chico de veintipocos años que no entendía cómo podía jugar una final de la Intercontinental ganándola, salvando un gol bajo palos cuando acababa el partido, ser aclamado y al día siguiente insultado. Te descolocaba. Por eso en el 99 me marché al Málaga teniendo cuatro años más de contrato con el Real Madrid. Eso la gente no lo sabe. Era el peor pagado de la plantilla porque lógicamente nunca pedía mejores salarios porque sabía cuál era mi posición perdedora siendo el hijo del presidente. Hice carrera en el Málaga ocho años jugando todo y siendo capitán. Mi padre no tenía que darme ningún consejo. Ahora me arrepiento de haber marcado distancias con mi padre y con el presidente, intentar no estar en el mismo plano para que no se nos vinculase y se pensase que tenía un trato de favor como persona. En casa era otra cosa pero nunca mezclábamos el trabajo con la familia.

P: ¿Hacia donde orientó a sus hijos?

R: A ser humildes, al respeto por el resto de las personas, a la cercanía por la que siempre se ha caracterizado y que hemos heredado todos los hermanos. Nunca nos hemos creído nada y somos trabajadores, humildes, sensatos, sabiendo de dónde venimos y quienes somos. La mejor enseñanza de mis padres es la humildad. Mi padre ha sido lo que ha sido gracias a mi madre.

P: La primera imagen que viene a la cabeza al recordar a Lorenzo Sanz es…

R: La foto que estamos todo el equipo y Clarence (Seedorf) y yo le levantamos. Él tiene la Copa de Europa y la está besando. Es la imagen que ha quedado en el madridismo y el mundo del fútbol de mi padre. Una persona que consigue un objetivo que parecía imposible en aquella época. De un presidente que era aficionado y forofo acérrimo del Real Madrid que ha conseguido lo que todos los madridistas querían. Se le ve eufórico besando la Copa con toda la plantilla aupándole y encima uno de esos jugadores hijo suyo. Fue un momento máximo de felicidad.

P: Su momento más duro profesional fue tener que dejar el Real Madrid

R: Nunca nos dijo que fue el peor momento de su vida pero lo intuíamos. Encima ese mismo verano había ganado la Octava y la ACB de forma épica, ganando al Barcelona de Djorjevic en el Palau en el último minuto. Al mes siguiente no consiguió renovar la presidencia y salió Florentino Pérez. No lo entendió. Fue un momento bastante difícil. No se sintió rechazado pero fue extraño y desde ahí se alejó y no volvió al Bernabéu hasta años después, cuando asumió el puesto de expresidente importante de la historia del Real Madrid. Perdió mucho tiempo. Desde que volvió le dieron su espacio y la gente le mostró un cariño infinito. Disfrutó de llevar al palco a sus nietos y sus hijos. Perdió unos años de estar presente como él y el Madrid querían. Siempre fue invitado y agradezco el cariño espectacular del club.

P: ¿Qué llamada ha sido especial en el aluvión que ha recibido?

R: Han sido muchos mensajes y llamadas, miles. No he podido ni contestar todo. Hasta cartas cariñosas como la del presidente de la FIFA, Infantino, desde el cariño y el reconocimiento por lo que hizo mi padre para cambiar la historia del Real Madrid como ha reconocido el propio club, hasta presidentes de federaciones, clubes, futbolistas, compañeros del Real Madrid, Málaga y Unión Española de Chile. La repercusión fue mundial, me llamó gente de todo el mundo.

P: El dolor de perder a un familiar directo es terrible, pero encima sin poder despedirse lo empeora.

R: Ha pasado más de un mes y a día de hoy todavía no he podido ver a mi madre ni a mis hermanos. En su día mi madre dejó a mi padre en el hospital para que le hicieran unas placas y no le ha vuelto a ver. La incineración fue solo, recibimos sus cenizas a la semana a modo de paquetería. Me pongo en la piel de todas las familias que han perdido familiares de la misma forma. En una cultura como la nuestra, en la que la familia es muy importante, estar con nuestros seres queridos en su último momento es fundamental. No quiero ni pensar lo que mi padre estuvo pensando en sus últimos momentos. Es muy duro. Como nosotros, por desgracia, más de 20.000 familias viven algo muy triste. Entiendo que había que intentar que no se propagase lo máximo el virus pero hay situaciones difíciles de entender como que una persona esté sola en el último momento. La palabra dolorosa se queda corta. Está siendo inhumano. Ya no pongo las noticias porque cada vez que escucho el número de muertes me viene todo lo que estamos pasando y la gente que está trabajando en primera línea. Los sanitarios ven dramas a diario y muchas veces no pueden hacer nada porque no tienen medios. Es una situación horrorosa.

P: Tras sentir el calor del madridismo, ¿habrá algún homenaje a la figura de Lorenzo Sanz cuando se recupere la normalidad?

R: Del Real Madrid solo podemos hablar cosas buenas porque desde el primer momento Florentino, el director general José Angel Sánchez y Manuel Redondo han estado pendientes, llamando todo el rato. Ha sido como es, un club señor. Me consta que al principio mi padre tenía desavenencias con Florentino porque fueron rivales en el 2000 en las elecciones y no tenían la gran relación actual. Eran grandes amigos, consultaban todo, mi padre iba encantado al Bernabéu, Florentino le trataba espectacular, le daba su sitio. Ahora mismo estamos deseando poder salir y ver estadios llenos, hasta que eso no pase hacer un homenaje en soledad es una tontería. Demasiado triste ha sido como se ha ido mi padre, como para que tenga un homenaje en soledad. No lo hemos hablado, se tratará pero nuestro deseo es que si hay un homenaje sea con todo el mundo en el estadio.

Roberto Morales (EFE).

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