Yulimar Rojas, la reina del salto triple en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, arribó el martes a Venezuela donde cientos de venezolanos la saludaron a su paso en una caravana entre el aeropuerto y la capital tras una larga espera luego de la cita olímpica.
La atleta recién regresó a su país luego de subir el 1 de agosto a lo más alto del podio olímpico tras destrozar el récord mundial con un salto de 15,67 metros.
“Estoy feliz, muy emocionada y tenía muchas ansias de estar aquí en mi patria”, dijo la atleta, quien en lo más alto de un autobús recorrió los 20 kilómetros que separan el aeropuerto internacional Simón Bolívar y el centro de Caracas.
“Que alegría ver las caras de felicidad de todos, de mi familia”, manifestó Rojas, destacando que sus laureles son el premio a años de esfuerzo.
Rojas llegó a Venezuela precedida por su victoria el fin de semana en la justa de Zúrich, última etapa de la temporada en la Liga Diamante.
Avisó que sus recientes victorias son apenas “el principio” de muchas cosas buenas.
En Tokio “se vio a una Yulimar distinta, una que se ha ido superando cada día. Se que van a venir muchos diamantes y muchas medallas, lo que viene yo se que va hacer lo mejor para este país tan hermoso”, afirmó.
Rojas — primera venezolana y tercera latinoamericana en consagrarse como atleta del año, un galardón otorgado por World Athletics — es motivo de alegría y orgullo en este país sudamericano urgido de buenas noticias en momentos que es azotado por una severa crisis política y social y una economía que cursa su sexto año de recesión y una hiperinflación de cuatro dígitos.