Gerard Piqué no le fallará a su equipo en el Clásico del sábado. El central catalán, que jugó una hora cojo en Anoeta después de que se volviera a lastimar el tobillo en el que se lesionó, acudió renqueante a la Gala que la Federació Catalana de Futbol organizó en la Antiga Fàbrica Damm y mandó un mensaje claro: “Tranquilos, que el sábado estaré en el Clásico”.
Piqué recibió en la Gala el premio al mejor jugador catalán del año. Llegó al acto acompañado se sus dos hijos, sus padres y su pareja, la cantante colombiana Shakira. Gerard no había salido de casa en todo el día. Tras aguantar el partido de Anoeta con el tobillo tan inflamado que obligó a que se lo inmovilizaran con la bota puesta sobre el terreno porque el doctor Ricard Pruna vio que si le quitaba la bota no hubiera habido manera de volvérsela a colocar, el central se pasó la mañana del lunes con el pie en reposo y aplicando hielo.
De hecho, a primera hora de la mañana la inflamación era tal que no acudió al entrenamiento ni siquiera para poderse hacer las pruebas médicas porque la radiografía no aportaría nada relevante.
Es por eso que el Barcelona no le incluyó en el comunicado médico de la mañana. Tampoco se le espera para la sesión del martes y, como pronto, se ejercitará el jueves con el resto de compañeros.
Si Piqué habló claro sobre el césped de Anoeta diciendo que “al equipo le ha faltado actitud y así va a ser muy difícil ganar la Liga”, no fue menos claro en la Gala de la Federación.
“Está claro que el Clásico es más importante para nosotros que para ellos. Si perdemos, todo se va a complicar mucho”, afirmó el central catalán que espera jugar el sábado.
