El tirador Francisco Romero Arribas (✞ 1959-2023), dejó su legado como el atleta guatemalteco con más apariciones en los Juegos Olímpicos.
Con cinco participaciones, en las ediciones de Montreal 1976, Moscú 1980, Los Ángeles 1984, Barcelona 1992 y Atlanta 1996, Arribas dijo presente como tirador de escopeta especialista en la modalidad de skeet.
Su mejor resultado llegó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, cuando logró el puesto 19 en la prueba individual abierta de skeet.
Romero Arribas heredó la pasión por el tiro gracias a su padre, Francisco Romero Portilla (de nacionalidad española), quien lo inició en el Club Tiro, Caza y Pesca.
El legado familiar en este deporte lo llevó a compartir participación junto a su padre, en Moscú 1980, y luego junto a su hermano, Juan Carlos, en Atlanta 1996.
Actualmente su hijo, Santiago, forma parte del proceso de selección de la Asociación Deportiva Nacional de Tiro con armas de Caza.