Esta es sin duda la pregunta del millón ahora mismo en el Camp Nou. La respuesta no es sencilla, aunque han empezado a construir una hipótesis. Para empezar, la juventud del jugador, 20 años, no ayuda en ningún caso porque aún le falta cierta madurez para leer su cuerpo y saber cuándo debe parar. Valverde ya le dio un tirón de orejas público por la forma en que se lesionó ante el Getafe, achacándolo a un error de juventud. No escuchó a su cuerpo. No estaba bien y quiso jugar.
Pero hay otros aspectos que en el seno del club han valorado para explicar la reincidencia en las lesiones. La más importante es que el jugador no pudo realizar una pretemporada normal en verano debido a que estuvo en rebelión con el Borussia Dortmund y estuvo desaparecido varios días. Esta situación, sin duda, obligó al jugador a realizar una pretemporada a contrarreloj cuando llegó al Barcelona, abonada además por su ansiedad de estrenarse cuanto antes con su nuevo equipo.
Otro aspecto que se ha estudiado es que Dembélé no juega en el Barça como en el Borussia. Sus funciones han cambiado de manera sustancial, pudiendo llegar a perjudicar en el aspecto físico. En el equipo alemán, era referencia en ataque, por lo que sus funciones defensivas estaban muy limitadas. Sin embargo, ahora su trabajo defensivo es muy importante a la hora de realizar la presión alta. Esta nueva faceta, que exige un plus físico, sería un factor para explicar sus lesiones.
El aspecto mental también cuenta, ya que tras sufrir una lesión de más de tres meses y medio que le obligó a pasar por el quirófano, puede haber un componente psicológico importante, que puede llevar a jugar bloqueado o con miedo a una recaída. Sin embargo, este último aspecto, según aseguran en el seno del club, no parece ser trascendente porque advierten que es un jugador “muy fuerte mentalmente”.
