Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Algo así es lo que le ha dicho Pochettino al astro brasileño Neymar Junior cuando ambos han tenido su primera conversación. Esta ha tenido que ser por teléfono porque Ney se encuentra estos días en Brasil pasando sus días de vacaciones con familia y amigos. Sobre todo amigos.
El diario brasileño Globo hacía público hace unas horas que Neymar ha organizado una fiesta para unas 500 personas en una mansión de Río de Janeiro y que su intención era que esta se prolongase durante varios días: desde el 24 hasta final de año. Ese era el plan hasta que ha llegado la policía desde Europa, es decir, Mauricio Pochettino. El nuevo entrenador del PSG ha hablado con Neymar a las pocas horas de ser nombrado nuevo mister del club para hacerle saber que ese camino le lleva directo fuera del conjunto francés.
Neymar, que ha alegado que se trataba de un gran encuentro con familiares y buenos amigos, ahora tiene que decidir si continúa adelante con la fiesta, renunciando a su futuro como jugador del PSG o si, por el contrario, da el alto a la celebración para reincorporarse al equipo parisino antes de que finalice el año. La decisión más dura de su carrera fuera de los terrenos de juego.
Es cierto que en este 2020 el llamado a ser Balón de Oro se había reconvertido y estaba mucho más centrado en su carrera deportiva que en las fiestas y todo lo que las rodea. De hecho, muchos pensaron que Ney sería uno de los candidatos al premio The Best por el gran año que había hecho con el PSG, llegando a la final de la Champions League.
Ahora, con esta recaída, Neymar debe renunciar a la fiesta que ya estaba organizada si no quiere tirarlo todo por la borda. Pochettino no perdonaría un no por respuesta a su petición de dar por terminado el macro evento y así se lo ha hecho saber tanto al jugador como al propio club francés. Ahora es Neymar quien debe tomar una decisión que marcará su futuro y el de su club a corto y medio plazo.