La FIFA está compartiendo una herramienta de evaluación de riesgos de fútbol con sus 211 asociaciones miembro, las seis confederaciones continentales y otras partes interesadas para facilitar la planificación de la reanudación de las actividades de fútbol por parte de los organizadores de competiciones y partidos, tan pronto como las autoridades sanitarias y los gobiernos lo consideren seguro.
Ha sido desarrollado en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la UEFA, la Asociación Europea de Clubes (ECA), FIFPRO, el Foro Mundial de Ligas y las Ligas Europeas, incluye una lista de medidas de mitigación que apuntan a reducir el riesgo general de masa reuniones que contribuyen a la difusión de COVID-19, así como indicaciones para el entrenamiento individual y grupal por parte de equipos de fútbol.
La herramienta de evaluación de riesgos se comparte junto con el documento de recomendaciones médicas de la FIFA (ver más abajo), que es el primer resultado del Grupo de trabajo médico COVID-19 de la FIFA que se estableció el 16 de abril de 2020 y que comprende los dos líderes médicos de la FIFA, un representante médico / científico de cada una de las seis confederaciones y consultores externos. La OMS y el Comité Médico de la FIFA también contribuyeron al documento.
El objetivo de este esfuerzo conjunto es considerar la salud de todos los participantes en las actividades futbolísticas, las evaluaciones de riesgos y los factores que deben implementarse para que el fútbol, tanto a nivel profesional como amateur, se reanude de manera segura. Las recomendaciones del grupo están destinadas a implementarse junto con la orientación internacional y nacional sobre salud pública y reuniones masivas.
Se alienta a los órganos rectores del fútbol a ponerse en contacto con las autoridades de salud pública pertinentes y a realizar una evaluación integral de riesgos para determinar si es seguro proceder.
El principio rector importante es que la reanudación de las actividades futbolísticas no debe comprometer la salud de las personas o la comunidad. Además, el regreso al juego debe basarse en información de salud objetiva para garantizar que las actividades se realicen de manera segura y no corran el riesgo de aumentar las tasas locales de transmisión de COVID-19.