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La «falsa» Copa del Mundo que dio la vuelta olímpica en Lusail

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Eliana Pantano fabricó la copa del mundo con la que Messi dio la vuelta olímpica en el estadio Lusail después del triunfo contra Francia. Se la compró una familia platense que la llevó a Qatar. Unos años antes, Diego Armando Maradona ya le había encargado una. Ahora sueña con regalarle otra a Lionel: “Falta que la tenga el número 1″

Ya había tenido suficiente Eliana Pantano. Ya había tocado el cielo con sus manos artesanas una vez, hace unos años, cuando Diego Armando Maradona la abrazó después de recibir su regalo. La vida no suele ser tan generosa como para que ciertas emociones tope de gama ocurran dos veces. Y sin embargo, pasó.

Y ella lo vio enseguida desde el sillón de su casa y se estremeció. En pleno festejo por la conquista del Mundial, arriba de los hombros de su hermano el Kun, Messi le regalaba al planeta del deporte un momento eterno, tan esperado durante tanto tiempo, con la copa dorada en sus manos. Pero no era cualquier copa. Nadie lo sabía. El capitán argentino creía que cargaba en sus manos de Rey del Fútbol la original de la FIFA. Todos pensaron lo mismo. Menos Eliana.

“Apenas lo vi se lo dije a mi marido: esa es la copa que hice yo, estoy segura”. Con el ojo entrenado, Pantano vio enseguida que el trofeo que el capitán argentino alzaba y exhibía frente a una de las tribunas del Lusail y luego besaaría con su esposa Antonella y sus hijos, había salido de su pequeño taller en Llavallol, conurbano bonaerense sur. Eliana tocó el cielo con las manos otra vez.

Eliana Pantano tiene 38 años: en la foto sostiene la copa del mundo que le firmó Diego Armando Maradona en 2013

“Yo sabía que había dos personas que habían llevado mis copas a Qatar, por eso estaba segura, aunque me parecía muy loco que hubieran permitido que entraran réplicas al campo de juego”, cuenta Eliana, todavía en shock, horas después de que se conociera la historia de una familia platense que reveló que la copa que ellos llevaron a Qatar había caído en manos de Paredes -en principio para que se las firmara- y terminado en las de Messi.

¿De dónde sacó esa copa del Mundo tan bien diseñada, tan parecida a la original, esta familia de La Plata? Del taller de Eliana Pantano. La mujer, de 38 años, fanática de Boca a niveles insospechados, madre de dos hijos, hizo dos por encargo con destino a Qatar. La copa que protagoniza la serie de 10 fotos más likeada de la historia de Instagram, con 74,6 millones de “me gusta”, la que tiene a Messi sosteniéndola desde la base y la cabeza, fue una. La otra se la llevó un hombre conocido, que ya le había comprado otras: “Él es el que llevó mi copa al féretro de Maradona en el velatorio de la Casa Rosada”.

Ese hombre le mandó un whatsapp desde Qatar durante el Mundial y le contó que estaba lleno de réplicas de la copa del mundo pero que no había visto ninguna como la que hace Eliana, tan parecida a la original. Eso explica que ni Messi se haya dado cuenta. Porque además de la precisión para los detalles de diseño, la copa de Pantano pesa algo más de 5 kilos, apenas por debajo del peso de la original, de unos 6,14 kilos.

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Los trabajos que hace Pantano son a mano: su versión de la copa del mundo pesa poco más de 5 kilos mientras que la original, apenas pasa los 6 kilosLos trabajos que hace Pantano son a mano: su versión de la copa del mundo pesa poco más de 5 kilos mientras que la original, apenas pasa los 6 kilos

El camino de la copa de Eliana fue largo. Según la versión de la familia platense, el encargo lo hicieron a mitad de año. De acuerdo con lo que cuenta Pantano, ella recibió el pedido en octubre, de parte de un comerciante de Moreno que le dijo que era para una familia que viajaba a Doha.

“Me pidió que haga todo lo posible, yo estaba bastante atrasada, con mucho trabajo, le dije que lo iba a intentar y me contó que el 16 de noviembre viajaba esta familia, le metí pata y el 8 se la entregamos”, relata Eliana.

No supo más nada de la copa ni de los compradores hasta que la Scaloneta alcanzó la gloria. “La reconocí porque tiene unos detalles. Dudé cuando a Messi lo alzaron y se fue a festejar. Pero en un momento miré la parte de atrás y vi que tenía un toquecito en el que había saltado el esmaltado en la base. Y después lo confirmé cuando a Messi lo filman bien de cerca y con imágenes de Antonella”, cuenta y confiesa lo que pensó en ese momento: “No puede ser que esté pasando esto, con tanta seguridad, ¿cómo dejaron entrar una copa réplica?”.

Eliana Pantano junto a Diego Maradona en 2013: el astro del fútbol mundial le encargó una de sus creaciones

Su marido no le creía y ella le decía “te entiendo, pero creeme”. Y aporta más detalles de su confirmación mientras la señal internacional regalaba imágenes de los festejos de los jugadores en el campo de juego después de la premiación: “Ahí pude comprobar porque está pintada a mano y reconozco mi forma de pintar, trabajo con un cincel y el torno colgante y a veces dejo ciertas marcas que yo puedo distinguir”, explica y además confiesa que pudo reconocerla por un error: “Y tiene un porito en uno de los continentes que no debería estar, un error mío que se me pasó”.

Eliana empezó a diseñar trofeos hace más de 20 años. Heredó los talentos de sus padres. Su papá, técnico químico, fabricaba y diseñaba cañas de pescar, casas rodantes, figuras y hasta carrozas de carnaval con la resina de poliéster. Y su mamá era la que le daba el toque artístico con diseños y pintura.

Su primera creación fue en 2003. Fana de Boca, replicó la copa Libertadores y la puso en su mesita de luz. Pero en el camino la vio el gerente del Museo de Boca. “Y me dijo que quedaba en el Museo”, ríe. Eso le otorgó contactos con futbolistas y periodistas. Y desde ahí no paró de recibir pedidos. Con River, con Estudiantes, con Independiente. Todos los equipos empezaron a encargarle réplicas de la Libertadores. Un coleccionista de copas le pidió la Jules Rimet. Y hace unos años, los directivos del Rojo de Avellaneda le pidieron una copa del mundo para homenajear a Maradona y a Bochini en el estadio Libertadores de América.

Su fama en el mundo del fútbol se expandió, tanto que en 2016 la propia Conmebol (que luego le iniciaría una demanda por plagio de sus trofeos) le pidió que hiciera una réplica urgente para entregar en la final entre Atlético Nacional de Medellín e Independiente del Valle porque se había roto la original.

Esa fama, claro, llegó a Diego Maradona, bastante antes del episodio con Bochini en Avellaneda. El periodista Martín Arévalo la llamó un día de 2013 y le contó que el campeón del mundo del 86 quería tener “una buena copa”.

Diego vivía en Dubai pero estaba previsto que visitara el país. “Fue muy loco: yo estaba haciendo una copa para un periodista que me había pedido dos. Si te piden dos tenés que hacer tres o cuatro por si sale como no querés y me llama Martín y me dice que Diego estaba viniendo y que quería tener una copa de calidad. Entonces me pidió permiso para contactarlo. Llegaba al otro día, así que tuve que apurar. Las sequé con secador de pelo (yo trabajo con hornos) y me contactan de parte de Diego, una persona que se llamaba Sergio, me pidió una foto de la copa y a los cinco minutos me devuelve un audio diciendo que le había gustado y de fondo aparece la voz de Diego que decía que le encantaba”, relata emocionada.

Eliana trabaja con resina y demora unas dos semanas en hacer una réplica de la copa del mundo: ya se la encargaron varios jugadores e integrantes del cuerpo técnico, entre ellos, Alexis Mac Allister

La citaron en Nordelta. Fue con su marido, que ese día cumplía 40 años y tiene un tatuaje de Maradona, y sus hermanos. Todos fanáticos de Boca. A ellos no les dijo a dónde iban. Era una sorpresa.

“Cuando llegamos Diego estaba como un nene esperando el regalo, y yo no tenía ni estuche, la tenía en una caja de cartón, y mientras la estaba abriendo él miraba la caja y dice ‘quiero tocarla’ y le digo ‘tiene un baño de oro y está hecha para vos, en las manos del verdadero campeón’ y él dice ‘ay qué belleza la vuelvo a tener en mis manos’, y la levantó como en el 86 y la besó y no la soltó más”, recuerda hasta las lágrimas Eliana, que por las dudas le había llevado dos copas, con la idea de regalarle ambas, pero cuando Diego vio la otra le dijo, para su sorpresa: “¿Querés que te firme esa?”. Pantano no lo había pensado pero le respondió que sí, claro, y se la llevó a su casa para siempre.

“Ojalá que si Messi se conoce la historia pueda llegar una copa a él”, sueña Pantano, que ya tocó el cielo con las manos (REUTERS/Hannah Mckay)

¿Cómo imaginar que casi 10 años después de aquel encuentro inolvidable con Maradona una de sus copas terminaría no sólo en manos de Messi sino que en el momento más importante de la vida de uno de los dos mejores jugadores de todos los tiempos? Imposible.

Por lo pronto, varios jugadores ya le encargaron o se llevaron a sus respectivos hogares una de sus réplicas. Uno de ellos fue Alexis Mac Allister. “Ya la tiene en Inglaterra”, cuenta Eliana. De los campeones de otras estrellas, Ruggeri, Bochini, Borghi, Batista y Bilardo son algunos de los poseedores. Claudio Tapia, el presidente de AFA, también. Integrantes del cuerpo técnico y médico del campeón 2022 también la llamaron, ella prefiere mantener en reserva sus nombres. Y claro, falta uno.

“Falta el número 1″, ríe Eliana. “Ojalá que si Messi se conoce la historia pueda llegar una copa a él”, imagina Pantano, aunque más no puede pedir. “Fue un sueño, increíble, me cuesta caer. Es muy loco lo que pasó”, cierra. Antes, besa la copa. Ella también es campeona del mundo.

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