No puede pasar sin su mate, tiene un castellano perfecto y el padrino de su hija no es otro que el capitán de la selección de Uruguay, Diego Godín. ¿Nos referimos a un jugador de la celeste? No. Estamos hablando de Antoine Griezmann.
El delantero de la selección francesa, que este viernes será titular cuando enfrenten a la selección charrúa, otorgó una entrevista al portal FIFA.com en la que habla de su próximo adversario en la ronda de cuartos, que supondrá para él un choque deportivo y emocional a la vez, puesto que lo admite sin rodeos: “Uruguay es mi segundo país”.
“Tengo muchos amigos allá, va a ser estupendo jugar este partido y un momento muy intenso en el aspecto emotivo”, dice, ya entusiasmado, el futbolista, que cree tener él mismo “un estilo de juego uruguayo, un poco como Cavani”.
Su idilio con este pequeño país de tres millones de habitantes empezó en la Real Sociedad. Su entrenador de entonces, Martín Lasarte, apostó por él en la élite, y su compañero Carlos Bueno, uruguayo y ex del París Saint-Germain, ejerció de su mentor. Fue él quien lo inició en el mate, bebida que Griezmann siempre lleva ahora consigo en cualquier viaje, e hizo que se enamorase de su antiguo club, el Peñarol.
La historia continúa actualmente en el cuadro colchonero, donde comparte vestuario con José Giménez y Diego Godín desde 2014. “Diego es un gran amigo. Estoy siempre con él, dentro y fuera de la cancha. Y por eso es el padrino de mi hija. Fue él quien me animó a fichar por este club”, confiesa el delantero francés, de quien Godín dice que “le gusta lo que somos, nuestras costumbres, nuestra música, ¡y bebe más mate que yo!”.
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