Las autoridades estadounidenses aseguraron este miércoles, tras la detención en Zúrich (Suiza) de siete directivos de la FIFA en una operación conjunta con laOficina Federal de Justicia de Suiza, que van a ser implacables para acabar con la corrupción en el organismo, una lacra que ya creen que condicionó incluso la elección en 2004 de Sudáfrica como sede mundialista.
«La acción de hoy es un testimonio de los incansables esfuerzos de los agentes del orden en América y quiero dar las gracias a todos los que contribuyeron con su tiempo y su talento a esta extensa investigación», señaló en rueda de prensa la Fiscal General Loretta Lynch.
Esta recalcó que ya en la designación de Sudáfrica como sede del Mundial de 2010, «un evento histórico», «ejecutivos de la FIFA y otros estuvieron implicados en tratos corruptos», y que estas acciones «también se extendieron a la elección presidencial de la FIFA en 2011», de donde salió reelegido Joseph Blatter.
Lynch también aseguró que está tratando de «extraditar» a los siete directivos del organismo mundial que están acusados de «conspiración y corrupción», y recalcó que el actual máximo mandatario no se enfrenta a ningún cargo.
«Desde 1991, la Concacaf (Confederación de Norte, Centroamericana y del Caribe) y laConmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) usaron sus posiciones para solicitarsobornos a cambio de derechos de transmisión por televisión y de marketing, y así una y otra vez, año tras año, torneo tras torneo», dijo Lynch en Nueva York, donde la fiscal general (ministra de Justicia) explicó la acusación.
«Nadie está por encima o más allá de la ley. No vamos a parar hasta que enviamos mensajes de que esta no es la forma en que las cosas deben ser y que deben ser diferentes. El fútbol es el deporte rey, ya que está disponible para todos, sin importar de dónde vienes, pero ha sido secuestrado. Ese terreno de juego llano se ha inclinado a favor de aquellos que buscan ganar a expensas de países y niños», advirtió por su parte James B.Comey, director del FBI.
Finalmente, Kelly Currie, Fiscal Federal del Distrito Este de Nueva York, indicó que el «mensaje a la FIFA y el fútbol» es claro. «Nuestra investigación va a continuar. Lo que FIFA haga internamente es asunto suyo, pero los agentes del orden en los Estados Unidos no van a tolerar que continúe esta conducta corrupta», aseveró.
«Jeffrey Webb es un vicepresidente de la FIFA, miembro del Comité Ejecutivo, presidente de la CONCACAF y también de la Asociación de Fútbol de las Islas Caimán. Usó su posición de confianza en estos diferentes papeles para solicitar y recoger sobornos de directivos de marketing deportivo que necesitaban su apoyo para conseguir contratos», añadió sobre uno de los implicados.