Después de golear ayer al Kashima Antlers, el Real Madrid está a un paso de volver a hacer historia. De lograr la victoria frente al Al Ain emiratí, el conjunto dirigido por Santiago Solari haría historia ganando por tercera vez consecutiva, cuarta en cinco años, un nuevo Mundial de Clubes. El equipo prepara ya la gran final de este sábado por la tarde y se ha ejercitado esta tarde en las instalaciones de la New York University de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Por el momento se sabe casi seguro Marco Asensio no estará en este partido, ya que ayer se volvió a resentir de sus dolencias musculares.
El Madrid, que llegó a Emiratos en un mar de dudas por su imagen de los últimos partidos, calmó los ánimos el miércoles con su victoria en semifinales sobre el Kashima Antlers (3-1) y ahora tiene ante sí la ocasión de revalidar su hegemonía mundial.
Si levanta el trofeo el sábado, el equipo español conseguirá su cuarto título en el Mundial de Clubes en su formato actual -los cuatro en los cinco últimos años-, superando en lo alto del palmarés a su rival FC Barcelona, que lleva tres.
Pero el peligro de este partido está en que la victoria puede llegar a considerarse una obligación por la diferencia de calidad de ambos planteles sobre el papel, mientras que una derrota desataría una crisis en el Santiago Bernabéu.
“Me parece un torneo precioso. Me gusta la idea de juntar a los campeones de las distintas confederaciones y disputar un campeonato del mundo”, afirmó sobre este torneo el técnico argentino Santiago Solari, que lo ganó como jugador en su formato de Copa Intercontinental en 2002.
