El Barça se está acostumbrado a sufrir esta temporada. Mientras en la pasada empezó como un tiro y casi sin recibir goles, en ésta ya lleva ocho encuentros a remolque de 15 disputados. Con el gol recibido ante el Eibar ya suma cinco jornadas en Liga en las que empezó perdiendo (Atlético, Celta, Sevilla, Rayo y Eibar). Una costumbre que le está obligando a jugar con prisas y presionado para remontar y que, en dos ocasiones ya, le impidió sumar (Balaídos y el Sánchez Pizjuán).
El Barça también ha visto como sus rivales se le adelantaban en el marcador en otras competiciones. En Champions lo hizo el Leverkusen. En la Supercopa de Europa lo hizo el Sevilla. Y en la Supercopa de España, el Athletic. A estos malos arranques de partido se unen los problemas que está teniendo ahora Luis Enrique con las lesiones y la prohibición de utilizar a los fichajes hasta enero de 2016. Sin profundidad de banquillo, y sin Messi, las soluciones para enmendar estos errores son menores y menos claras. El banquillo ante el Eibar lo integran en esta última jornada Ter Stegen, Mathieu, Munir, Adriano, Vermaelen, Douglas y Gumbau…
Luis Suárez, reconociendo este lastre, fue tajante al finalizar el partido ante el Eibar: «Hemos vuelto a empezar perdiendo y es una cosa que hay que comenzar a mirárselo».
