El estadounidense Chuck Blazer, ex secretario general de la Concacaf y ex miembro del comité ejecutivo de FIFA, admitió que él y otros dirigentes recibieron sobornos durante la concesión de los Mundiales de 1998 y 2010.
Blazer, uno de los 14 acusados en la investigación de la justicia de Estados Unidos por corrupción en el fútbol, se declaró culpable de diez cargos en 2013, según un documento publicado hoy.
«Acordé con otras personas en 1992 facilitar la aceptación de un soborno para colaborar con la selección de la sede del Mundial de 1998», admitió Blazer al aceptar diez cargos, entre los que están los de asociación delictiva, sobornos, lavado de dinero y evasión fiscal.
Los documentos de la investigación publicados la pasada semana por la fiscalía de Nueva York, encargada del caso, revelaban que fue Marruecos quien pagó a Blazer y a otros por lograr un Mundial que finalmente organizó Francia en 1998.
Blazer también admitió que hubo sobornos para que Sudáfrica organizara el Mundial de 2010.
«Yo y otros miembros del comité ejecutuvo de FIFA acordamos aceptar sobornos para la selección de Sudáfrica como sede del Mundial de 2010», confesó.
Según el auto de acusación de la justicia de Estados Unidos, de nuevo Marruecos trató de sobornar, pero Blazer y otros dirigentes no mencionados aceptaron votar por Sudáfrica después de que los organizadores africanos acordaran el pago de diez millones de dólares a la Concacaf (Confederación de Fútbol de Norte-, Centroamérica y Caribe).
Oficialmente el pago fue para «apoyar a la diáspora africana». Blazer llegó a un acuerdo para recibir uno de los diez millones, aunque finalmente recibió 750.000 dólares. El gobierno africano niega que ese dinero que pidió que la FIFA transfiriera directamente a la Concacaf sirviera para sobornar.
Aunque el documento publicado hoy no revela ningún acuerdo con la fiscalía, medios locales aseguran que Blazer se convirtió en 2011 en informante del FBI y se lo considera una figura clave de una investigación en la que hay involucrados nueve altos dirigentes del fútbol internacional, siete de los cuales fueron detenidos la pasada semana en Zúrich.
Como consecuencia del escándalo, el presidente de FIFA, Joseph Blatter, anunció el martes que dejará su cargo.
En noviembre del año pasado, el diario «The Daily News» reveló que Blazer se había convertido en informante a partir de 2011 y que incluso el FBI le dio un llavero con un micrófono para que grabara durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012 conversaciones con altos dirigentes del fútbol, incluidos con miembros del comité organizador del Mundial de Rusia 2018.
Blazer, de 70 años y enfermo ahora de cáncer rectal, fue secretario general de la Concacaf de 1999 a 2011 y también confesó haber aceptado sobornos para la concesión de derechos de televisión y marketing de las Copas Oro -máxima competición continental de la Concacaf- de 1996 a 2003.
Blazer formó en su tiempo en la Concacaf una estrecha alianza con Jack Warner, que fue presidente del ente y que es uno de los 14 acusados por la justicia estadounidense en la trama de corrupción.