La meditación es una práctica popular para reducir el estrés y mejorar las condiciones de la salud mental y bienestar, comprobado por varios estudios científicos.
En su definición práctica, la meditación incluye técnicas como la atención plena, la meditación trascendental y los ejercicios de respiración, que fomentan y desarrollan la concentración, claridad, emociones positivas y la adopción de una conciencia sin prejuicios.
Meditar, sin dejar de estar alerta y atento, nos permite experimentar fácilmente niveles puros de conciencia o estados de conciencia. Hacer esto en una frecuencia regular brinda oportunidades para el descanso fisiológico y psicológico, al tiempo que libera la atención para explorar estados de conciencia más refinados y para experimentar sin esfuerzo el desarrollo espontáneo de cualidades espirituales innatas.
Propósitos y efectos de la meditación
Durante el proceso de meditación, el estrés acumulado es removido, la energía se incrementa y la salud general es afectada positivamente.
Asociados a la práctica de la meditación, las investigaciones científicas han confirmado los múltiples beneficios a la salud, entre ellos se incluyen: reducción del estrés, disminución de la ansiedad, disminución de la depresión, reducción del dolor (ambos físico y psicológico) y mejora en la memoria.
Desde el punto de vista fisiológico los beneficios incluyen la reducción de la presión sanguínea, ritmo cardíaco, lactato, cortisol, disminución del metabolismo, patrones de la respiración, utilización del oxígeno y relativo flujo sanguíneo al cerebro.
Si bien el propósito principal de la práctica de la meditación es facilitar el despertar de la conciencia espiritual, los beneficios secundarios que contribuyen a nuestro bienestar y función mejorada son varios.
- El proceso de pensamiento se vuelve más organizado
- El sistema inmune del cuerpo se fortalece
- Las funciones psicológicas se animan para ser más balanceadas y eficientes
- Los síntomas del estrés se reducen
- Se mejoran las habilidades intelectuales
- Se estimula la creatividad
Cómo meditar efectivamente
La práctica correcta y regular de la meditación puede contribuir a nuestro bienestar general y mejorar nuestras habilidades conocedoras y funcionales.
Programar la sesión de práctica de meditación en un momento en el que pueda prestarle atención completa al proceso. El momento ideal es temprano en la mañana, antes de comenzar las actividades diarias. Sino elija un horario que se adecue mejor y cúmplalo.
Las etapas progresivas de la práctica deben ser claramente entendidas y estas son:
- Sentado o sentada: la postura ideal para la meditación es cómoda y placentera. Siéntese erguido, con la atención fluyendo suavemente hacia el área entre las cejas y el cerebro superior.
- Internalización de la atención: a medida que avanza la práctica, la atención se retira de lo externo (circunstancias ambientales, condiciones físicas, mentales y emocionales).
- Concentración: la concentración perfecta es un flujo de atención sin interrupciones hacia el punto de enfoque.
- Meditación pura: el flujo de atención continuo e ininterrumpido hacia el objeto que se contempla es meditación pura.
Técnicas y rutinas de meditación para usar con resultados satisfactorios
El propósito de utilizar una técnica de meditación es mejorar la concentración y facilitar los ajustes de los estados de conciencia. No son procesos mágicos; involucran nuestra atención y regulan los estados mentales y físicos para que nuestra conciencia, alejada de las influencias que distraen, se vuelva clara. La clave para el uso eficaz de una técnica de meditación es prestarle atención sin intentar forzar los resultados.
1. Técnica de relajación: adecuada para cualquier persona, para provocar la respuesta de relajación con el fin de experimentar los efectos reconstituyentes de la calma mental y el descanso fisiológico. Siéntese durante al menos 20 minutos, escuchando mentalmente una palabra o frase de palabras elegidas. Elija una palabra agradable, como paz, luz, amor, alegría, cualquier palabra con la que se sienta cómodo y tenga valor inspirador para usted. Cuando use una sola palabra, sentado erguido y quieto, con los ojos cerrados y la atención fluyendo hacia el cerebro superior, repita mentalmente la palabra unas cuantas veces, lenta y suavemente. Luego, recordando el «sonido» de la palabra hablada mentalmente, «escuche» ese sonido que se repite en tu campo de conciencia. Es decir, en lugar de continuar hablando mentalmente la palabra, deje que la palabra resuene en su campo de conciencia. Entréguese al proceso de escucha. Haga esto hasta que su atención esté interiorizada y quieta. Luego, ignore la palabra y descanse en la quietud hasta que se sienta inclinado a concluir su sesión de práctica.
2. Técnica de meditación devocional: se utiliza con una intención más devocional. Utilice la palabra «Dios» o la fase de palabra «Oh Dios» como su mantra. Proceda como con la técnica de relajación básica, mientras que deja que su sentido del ego (el sentido aprendido o adquirido de la individualidad independiente) se disuelva, estando abierto a aprehender y experimentar una conciencia de la presencia y realidad de Dios.
3. Técnica de la luz interior: Mire hacia adentro, con la conciencia enfocada en el ojo espiritual y la parte superior del cerebro. Mire más allá del ojo espiritual, mirando fijamente a la distancia del espacio interior. Sienta que su conciencia no se limita al cráneo, que existe en un espacio ilimitado. Haga esto cuando esté muy tranquilo, cuando la respiración sea lenta y los pensamientos sean mínimos. Sea consciente, sin esfuerzo, como observador y espere. Si percibes la luz en el ojo espiritual o te das cuenta de ella en el cerebro superior, experimentala. Fúndete en él, contempla suavemente su origen y lo que hay detrás de él. La percepción de la luz puede ser el resultado de la estimulación de los nervios ópticos, así que no suponga que sea un evento sobrenatural. Simplemente use la técnica para enfocar la atención e internalizar aún más. Con el tiempo trasciende la percepción de la luz para experimentar el ser puro.