Zinedine Zidane demostró una vez más que es todo un caballero. El técnico del Real Madrid esperó al final del partido en el túnel de vestuarios para darle un fuerte abrazo a Iniesta fuera de todas las cámaras.
El francés esperó a que el Barça acabara sus festejos sobre el césped del Camp Nou para dirigirse al manchego y desearle suerte tras haber disputado su último Clásico una vez que ya ha dejado claro que dejará el club al final de esta temporada.