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Golf

¡Volvió a rugir el Tigre!

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Los espectadores en el Masters llenaron cada rincón y espacio en el hoyo 18, esperando al hombre en rojo.

Una escena que ha sido familiar para Tiger Woods en innumerables domingos en el Augusta National, pero ahora fue distinto.

No eran ni siquiera las 3 de la tarde en la calurosa y soleada tarde en Georgia. A la misma hora, en el hoyo 1, el líder Scottie Scheffler y su perseguidor Cameron Smith salían en el último grupo.

Encorvado y cojeando, Woods caminó por la empinada colina hacia el green mientras los aficionados se levantaban poco a poco para aclamarlo en reconocimiento por un notable regreso — un fin de semana de ensueño.

“¡Qué forma de aguantar, Tiger!”, dijo un hombre que se encontraba detrás de la multitud.

Desde un punto de vista del golf, difícilmente se trató del Woods que todos recuerdan. Ese ganador de cinco chaquetas verdes del Masters, la última apenas hace tres años. El jugador que será recordado como uno de los mejores de la historia, incluso si no volviera a jugar. (No se preocupen, no ha terminado).

Este Woods, el que cojea en su pierna derecha que le pudieron haber amputado tras un espeluznante accidente automovilístico hace 14 meses, cerró con dos rondas de 78, sus peores tarjetas en su historia del Masters.

Su apaleado cuerpo simplemente perdió fuerza tras un electrificante jueves de 71 golpes, cuando Woods regresó al golf competitivo por primera vez en más de 500 días.

“Este torneo ha significado mucho para mi y mi familia”, reconoció Woods. “Es aquí donde han jugado los mejores campeones. Han caminado por estos campos”.

Woods caminó por el Augusta National con una cojera que se hizo más evidente con el paso de los días, utilizando uno de sus palos para ayudarse a caminar.

Woods no dio ningún indicio sobre sus futuros planes, pero está claro que tiene intención de seguir jugando. El próximo major es el PGA Championship, entre el 19 y 22 de mayo en Southern Hills.

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