Dentro del ring fue, para muchos, el mejor boxeador argentino de la historia. Fuera del ring, su vida estuvo muy lejos de la gloria: fue condenado por el femicidio de su esposa, la modelo y actriz uruguaya Alicia Muñiz. Carlos Monzón, cosechó amores y odios, y murió en forma trágica el 8 de enero de 1995. Tenía 52 años.
Monzón transitaba la última etapa de su condena por el asesinato de Muñiz, con quien tenía un hijo, Maximiliano Monzón. En julio de 1988 había sido condenado a 11 años de prisión por haber arrojado a su esposa de un balcón en Mar del Plata en febrero de ese mismo año. Para 1995, el ex campeón gozaba de salidas transitorias de la cárcel en la que estaba, ubicada en la ciudad de Las Flores, Santa Fe.
Carlos Monzón gozaba de salidas transitorias del penal de Las Flores tras haber sido condenado por el femicidio de su esposa, Alicia Muñiz.
Carlos Monzón gozaba de salidas transitorias del penal de Las Flores tras haber sido condenado por el femicidio de su esposa, Alicia Muñiz.
Si bien generalmente Monzón iba al predio de la UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) a enseñar boxeo, aquel 8 de enero aceptó la propuesta de su amigo Jerónimo Mottura para disfrutar de un asado y hasta invitó a su cuñada, Alicia Fessia.
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Tras la comida, que finalizó cerca de las 17, Monzón debía presentarse a las 20 en el penal de Las Flores, pero nunca llegó: el Renault 19 gris claro en el que los tres viajaban (y el cual el boxeador manejaba) tuvo un accidente en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial 1, al noreste de Santa Rosa de Calchines.
Los informes aseguraron que el auto mordió una banquina y dio siete vuelcos antes de terminar completamente destrozado. Mottura también perdió la vida en el accidente, mientras que Fessia sufrió heridas.
Según trascendió en aquel entonces, quien logró exitosamente defender 14 veces su corona de peso mediano no llevaba puesto el cinturón de seguridad, aunque también hubo varias versiones, desde algunas que indicaban que Monzón se había infartado al volante hasta otras que afirmaban que estaba conduciendo bajo los efectos del alcohol. Ninguna pudo ser confirmada.
Le faltaban catorce meses para cumplir su condena. Unas treinta mil personas se reunieron en su velatorio, en el cementerio de Santa Fe. Así se fue Monzón, entre luces y sombras.