El Kashima japonés disfrutó del primer penalti señalado por vídeo de la historia, que fue transformado por Doi para poner a su equipo en ventaja en el marcador (0-1). Pero la utilización de las imágenes no evitó el error: Nishi, sobre quien se cometió la infracción, estaba en fuera de juego cuando acudió al remate. Esa circunstancia se les escapó al juez de campo y al juez de vídeo.
La jugada se produjo en un saque de falta lateral. Lejos de la pelota, Berrío zancadilleó a Nishi y el lance pasó desapercibido para el árbitro Viktor Kassai. El juego continuó durante 44 segundos. Fue entonces cuando el juez de vídeo, aprovechando que la pelota salió fuera de banda, comunicó a Kassai la infracción. En ese momento, y tras consultar las imágenes durante más de 3 minutos, el húngaro pitó penalti, transformado por Dei.
La decisión generó polémica porque la afición del Atlético Nacional pidió fuera de juego del mismo Nishi en la jugada que originó el penalti. Las imágenes de televisión demostraron la posición antirreglamentaria del japonés.
El Mundial de Clubes de 2016 es la primera competición oficial en la que la FIFA aplica el videoarbitraje.
Las decisiones arbitrales sólo pueden ser revisadas en caso de gol dudoso por fuera de juego, falta, mano u otras infracciones del reglamento. En caso de penalti, si hay dudas en la acción en sí misma o si ésta ha sido dentro o fuera del área. En caso de roja directa. Y, finalmente, en caso de que haya duda sobre la identidad del jugador que cometiera la falta si esta acarrea expulsión o tarjeta. Estos son sólo los casos en los que se puede rearbitrar.
Los monitores de la sala de asistencia arbitral reciben la misma señal que las televisiones con derechos. No hay cámaras adicionales.