Hace 50 años, nació el fútbol en Estados Unidos. Un reportaje de The Guardian conmemora la ocasión y aniversario importante para un deporte que crece a gran ritmo en el país. Pero los primeros en jugarlo eran valientes y tuvieron que enfrentarse a todo tipo de obstáculos.
El 16 de abril de 1967 se jugó el primer partido de la NPSL: National Professional Soccer League, la primer liga profesional de Estados Unidos. El Mundial de 1966 fue televisado en USA y la final entre Inglaterra y Alemania del Oeste enganchó a algunos de los ciudadanos más ricos del país.
La NPSL nació con 10 equipos: los Atlanta Chiefs, Baltimore Bays, Chicago Spurs, Los Angeles Toros, New York Generals, Oakland Clippers, Philadelphia Spartans, Pittsburgh Phantoms, Saint Louis Stars y los Toronto Falcons. La liga tenía la pequeña similitud con la moderna MLS en que, al igual que Major League Soccer, gran parte de los equipos eran filiales de franquicias de béisbol y fútbol americano.
Pese a tener algo de popularidad entre varias comunidades de inmigrantes, los primeros valientes en jugar al fútbol en Estados Unidos pasaban el rato explicando de qué se trata su deporte: «No, no es como ‘kickball’ (un deporte típico en las clases de educación física en los colegios).
Clive Toye, director general de los Baltimore Bays, recordó incluso recibir insultos por parte de diarios nacionales: «Un periódico de la costa oeste incluso nos llamó ‘enanos comunistas'».
El mismo Toye también explicó lo complicado que resultaba encontrar material deportivo compatible con el fútbol: «Era como una búsqueda de tesoro. Ni balones de fútbol, ni jugadores con nivel, ni porterías… nada. No tengo ni idea de cómo lo hice».
De hecho, por el nulo nivel presente, la liga recurrió a atraer talento extranjero. Eli Durante, brasileño que entonces jugaba para el Emelec ecuatoriano, fue reclutado tras jugar un amistoso en Los Ángeles con su club: «La liga no estaba vinculada a FIFA y se podía hacer cualquier cosa. Me ofrecieron un montón de plata y no me lo pensé. En Ecuador ganaba 4.000 dólares. La NPSL me ofreció 12.000, ¡sin impuestos! Además de un apartamento y comida por todo el año. Era increíble».
