La de Paula Sophia Valencia Franco en el pentatlón moderno, es una carrera deportiva emergente. Tiene 18 años, sus resultados deportivos van en ascenso y tiene toda la motivación y ganas para ir más allá.
Recientemente, logró medalla de plata en el Campeonato Clasificatorio Junior Panamericano que se realizó en Oaxtepec, México; medalla que va de la mano con la clasificación a los I Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle 2021.
Además, ganó, junto con Andrés Fernández, medalla de bronce en el relevo mixto del UIPM 2021 Junior World Championsips realizado en Alexandria, Egipto. Estos son los orígenes deportivos de uno de los nuevos talentos femeninos del pentatlón guatemalteco.
El primer deporte que practicó fue la natación, porque “era muy baja de estatura y el endocrinólogo me dijo que comenzara a nadar para ver si lograba crecer un poco más”, recordó. “Empecé (a practicar deporte) en el colegio. Yo estaba en el equipo de natación. Un día empezamos a hacer biathle y el entrenador me dijo que empezara a practicar penta, porque tenía potencial. Así me llevaron al curso de vacaciones y me quedé con penta, contó Paula sobre sus inicios.
Cuando inició con la práctica del biathle, empezó a sentir algo diferente. “Esa sensación de competir… nadar y correr, me gustaba”, explicó. Pero también tenía experiencia ya en equitación. “Lo practiqué desde muy chiquita, entonces ya tenía tres de cinco deportes, y quise probar algo nuevo”, expresó con la ilusión clavado en sus ojos.
El aprendizaje ha sido constante. Al principio “me costaron bastante esgrima y tiro, pero hice amigos que me apoyaron y mis entrenadores también me vieron potencial y se esforzaron bastante conmigo; me tuvieron paciencia porque sí me costó bastante aprender”, agradeció Valencia.
Un paso importante
Al principio, Paula practicaba el deporte recreativo. “Tenía unos meses de estar entrenando por pura diversión y Marian (Gheorghe), mi entrenador, me dijo que creía que yo podía dar un buen resultado en un Campeonato Panamericano; me dijo que me quería llevar para probar y ahí fue que yo me empecé a aplicar más. Fui con la nutricionista y cambió todo. Pasé de practicar deporte por diversión a hacerlo profesionalmente”, contó.
Ese Panamericano fue en Mérida, México, en el 2017. “Estaba muy asustada porque era la primera vez que competía a nivel internacional”, contó y revivió: “la emoción del momento y mis amigos que me apoyaron me llevaron por el buen camino y logré un buen resultado a pesar del miedo que tenía. Quedé solo una casilla debajo de quien era segundo lugar del ranking nacional”, explicó.
Representar al país… un honor
Llevar el nombre de Guatemala por el mundo es una emoción única. “Me gusta; es un honor llevar a Guatemala en la espalda”, reconoció.
Pronto lo hará en Cali, Colombia, durante el I Campeonato Panamericano Junior que se realizará en el último tramo del año. “Espero ver que todo lo que he hecho de resultados; yo estoy dispuesta a darlo todo”, aseguró Paula quien, de pequeña, practicó también futbol; los deportes en conjunto le gustan sobre los individuales; sin embargo, “el pentatlón me enamoró a su manera”.
De su admiración hacia Charles
“Desde siempre he admirado mucho a Charles (Fernández) como persona y como atleta; yo sabía que iba a dar buen resultado, vi su competencia completa, pero su natación y su combinado estuvieron increíbles. Admirable la verdad, y lo que hizo en equitación, qué valiente haberse levantado después de esa caída, porque sí fue fuerte. Realmente requiere mucha valentía. Levantarse después de haberse caído en un evento de equitación es admirable porque quita muchos puntos y ya no sabes si continuar o no; a mí me eliminaron en una prueba de equitación porque me caí y ya no me pude levantar y es admirable ver que él sí se pudo levantar”, explicó sobre la participación del guatemalteco en los Juegos Olímpicos de Tokyo.
Entonces, ¿vale la pena practicar pentatlón moderno? “Sí. Creo que es un deporte muy fuerte y muy difícil que requiere de mucho tiempo, pero realmente vale la pena. Me gustaría que más personas se involucren porque es un deporte mágico. Nunca hay una competencia igual, ni los entrenos… se cambia tanto de ambientes y es alegre, no sé por qué no hay más personas que lo hacen, porque vale la pena”, cerró.
