El Barcelona firmó un triunfo de mérito contra el Athletic Club (2-0), que se concretó cuando la sociedad Messi-Neymar se puso en funcionamiento, algo que sucedió cuando el brasileño saltó al campo en el segundo tiempo, en una fase en que el equipo vasco no se sentía incómodo, aunque con una producción ofensiva casi nula.
El Barça refrenda el liderato, sigue invicto y sin recibir un solo gol en tres jornadas, en las que el cuadro de Luis Enrique le ha dado la vuelta a una situación de hastío que se había instalado en el Camp Nou cuando finalizó la temporada anterior.
Irrumpió el Athletic con ganas de complicarle la vida al Barcelona desde su portería, donde Muniain y Aduriz intentaron que el balón se entorpeciera en las botas de la defensa, aunque donde más problemas encontró el equipo de Luis Enrique para crear juego fue en el centro del campo.
Allí, en una gran maraña de jugadores, el Barça halló sus mejores acciones enviando el balón a las bandas, por donde Montoya y Alba recorrieron metros y tocaron mucho cuero.
El Athletic fue el primero en producir peligro, cuando en un centro de Beñat, Bravo a brazo cambiado sacó el balón envenenado que se acercaba a su meta.
Más resolutivo estuvo a punto de ser el Barcelona en el minuto 5, cuando Iraizoz desde el suelo sacó un balón a Pedro, tras una acción de Montoya.
El Barcelona tenía el balón, pero el Athletic cuando lo enganchaba tenía pocos obstáculos para acercarlo a las inmediaciones del área de Bravo. Unas veces la precipitación y en la mayoría la corrección de Mathieu y Mascherano, ambos de centrales, difuminaron el peligro.
En un saque de córner en el 24, Aduriz pidió penalti en un forcejeo con Mascherano, que acabó con el rojiblanco en el suelo pero sin premio.
El Barcelona incrementó su presencia ante le meta vasca y también se empezaron a amontonar las claras ocasiones de gol. Gurpegui en el 20 cortó un pase que habilitaba a un barcelonista para encarar sólo hacia la meta del Athletic.