El entrenador Sergio Tejeda, fallecido a los 70 años y dejó una huella imborrable en el deporte y en especial en la gimnasia guatemalteca.
Su irreparable pérdida no solo dejará un enorme vacío en el deporte de alto rendimiento, sino también en la formación de niños y jóvenes.
El legado de Tejeda marcará para siempre el presente y futuro de la gimnasia artística masculina, liderada por su mejor pupilo, el campeón panamericano y finalista mundial, Jorge Vega.
Caracterizado por ser un ejemplo de sencillez, empeño y calidad profesional, Tejeda dedicó la mayor parte de su vida a la gimnasia. Se unió a la Federación a los 21 años gracias a una recomendación de su amigo Guillermo Franco (ex fisicotulturista renombrado).
Luego en los cursos de vacaciones, encontró su vocación para convertirse en entrenador de niños y jóvenes. Ya con el paso de los años, gracias a su visión de excelencia, viajó al extranjero para especializarse y trasladar su aprendizaje en el país.
Graduado como licenciado en deportes en la Facultad de Ciencia y Tecnología del deporte en la Universidad de Galileo, Tejeda tuvo a cargo el equipo élite, en el cual tiempo después reclutó a Jorge Vega.
Dentro del Ciclo Olímpico, Tejada encontró la fórmula perfecta junto a Vega, con logros sobresalientes a partir de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, cuando ganó medalla de oro y bronce.
Al año siguiente, el salto de calidad llegó en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, con el histórico oro de Vega en la prueba de suelo. Tras esa competencia, Tejeda batalló contra el cáncer de colón, el cual superó.
En 2016, la consagración de ambos trascendió con oro y bronce en la Copa del Mundo Challenge en Hungría; en 2017 plata en la misma Copa de Hungría y oro en la de París, Francia. En agosto de ese mismo año llegó quizá el mejor logro para ambos, con el quinto puesto en el Campeonato Mundial de la FIG en Montreal, Canadá.
La última aparición de Tejeda en el plano internacional fue con motivo de los Juegos Bolivarianos Santa Marta, cuando guió a Vega a dos podios (oro y plata), en noviembre del año pasado.
Tras su deceso, el 5 de febrero, toda la familia del deporte guatemalteco le rindió el último homenaje en la sede de la Federación nacional de gimnasia, la que durante años acogió sus sueños de enaltecer el nombre de Guatemala a través de su sabiduría.