La expulsión de Rusia del fútbol internacional de cara a los repechajes de las eliminatorias para la Copa del Mundo ha abierto otro caso urgente en el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), donde el país acumula fallos favorables en general.
La Unión Rusa de Fútbol está lista y a la espera para presentar el viernes una apelación formal contra la decisión conjunta tomada esta semana por la FIFA y la UEFA para expulsar a la selección y a los clubes del país de las competiciones internacionales.
Castigar a los equipos de fútbol por el hecho de que su país se lanzó a una guerra es algo no visto desde que Yugoslavia fue sancionada hace 30 años. Y la situación ha desatado una disputa legal con poco tiempo restante para resolverla.
Dentro de 20 días, la selección nacional de Rusia tiene previsto enfrentar a Polonia en la semifinal del repechaje de la eliminatoria mundialista. La final del repechaje se realizará cinco días después, y repartirá boletos al Mundial de Qatar.
Con todo, ese cronograma es más largo en comparación con el que tuvo el TAS en Beijing el mes pasado para pronunciarse sobre el caso de Kamila Valieva, de 15 años, la estrella rusa del patinaje artístico.
El deporte ruso ganó aquella contienda en los Juegos Olímpicos de Invierno. ¿Cómo le irá con la siguiente batalla?
Al final, el fallo sobre Valieva tuvo un carácter provisional, sobre si era justo prohibir o permitir que una deportista compitiera en un evento que podría definir su carrera y que se realiza cada cuatro años. El caso de supuesto dopaje se atenderá después.
La apelación por parte del fútbol ruso podría buscar también un fallo provisional de los tres jueces, quienes sopesarán si mantener en pie la prohibición podría causar un “daño irreparable” a los jugadores que quieran una oportunidad de avanzar al Mundial.
LA PROHIBICIÓN
El fútbol reaccionó el lunes, después de que el Comité Olímpico Internacional instó a los organismos deportivos a aislar a Rusia por invadir Ucrania. Quedaron afectados los equipos, los deportistas e incluso los derechos de organizar eventos.
Los líderes de la FIFA y de la UEFA sostuvieron reuniones de emergencia y pronto decidieron que los equipos rusos quedarían suspendidos de sus competiciones.
“El fútbol está totalmente unido aquí y muestra una absoluta solidaridad con todas las personas afectadas en Ucrania”, indicaron.
Ninguno divulgó sus motivos legales. Éstos han sido estructurados por los abogados en Zúrich y Nyon, a fin de enviarlos a la federaciÓn rusa como base para las apelaciones.
Sólo fueron afectados los equipos, incluido el Spartak de Moscú, expulsado por la UEFA de la Liga Europa de cara a los partidos de octavos de final previstos para el 10 y 17 de marzo.
Pero la Unión Rusa de Fútbol no fue suspendida, y su presidente, el ejecutivo de Gazprom Alexander Dyukov, permaneció en el órgano ejecutivo de la UEFA.
LAS RAZONES
Los estatutos de la FIFA, que rigen el organismo del fútbol mundial, han incluido una política de derechos humanos desde 2016.
“La FIFA está comprometida con el respeto de todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente y luchará por promover su protección”, señala el Artículo 3ro.
El caso de la FIFA se fortaleció con un fiscal de la Corte Penal Internacional que investiga ahora acusaciones de crímenes de guerra en Ucrania.
Ello podría ser problemático también para los organismos deportivos que prohíben los pronunciamientos políticos. Y llamaría la atención, ante el hecho de que los derechos humanos han sido sin duda violados en otros países miembros de la FIFA.
“Esto nos lleva en una dirección que es bastante difícil de manejar para la FIFA y la UEFA, y que se desvía de la historia de la neutralidad política”, dijo Antoine Duvall, experto en derecho deportivo del Instituto Asser en La Haya.
La FIFA y la UEFA tienen también reglas de torneos, que les permiten tomar medidas.
Una regulación de la Copa del Mundo permite que la FIFA intervenga “a su única discreción y tome cualquier medida que considere necesaria” por causas de fuerza mayor —un evento incontrolable, que puede incluir una guerra.
Las reglas de la Europa League, trazadas por la UEFA, incluyen también una cláusula de “circunstancias imprevistas”.
LA APELACIÓN
Un elemento especial es la negativa pública de varias federaciones de la UEFA a jugar partido alguno contra un equipo ruso. En términos efectivos es un boicot impuesto por el poder de los jugadores contra Rusia.
Ello incluye a las tres naciones en su llave del repechaje mundialista: Polonia, Suecia y República Checa.
“No podemos fingir que nada ocurre”, dijo el capitán polaco Robert Lewandowski, nombrado jugador del año por la FIFA.
El sueco Karl-Erik Nilsson, vicepresidente de la UEFA, dijo que la “invasión ilegal y profundamente injusta de Ucrania hace imposible cualquier arreglo futbolístico con Rusia”.
Se tomó una postura a favor de la moralidad y no de la seguridad. Y ello generó un dilema para la FIFA. Tomar medidas disciplinarias contra tres miembros por negarse a jugar, daría a la beligerante Rusia un pasaje gratuito al Mundial.
Esto es parte del argumento legal de Rusia. El jueves, la Unión Rusa de Fútbol destacó que la decisión de la FIFA y de la UEFA “fue tomada bajo presión de rivales directos en el repechaje, los cuales violaron el principio del deporte y las reglas del juego limpio”.
Rusia quiere que todo el caso se resuelva este mes por la vía rápida. Ello difícilmente obtendría el consentimiento de la FIFA y la UEFA.
La opción siguiente consiste en buscar un fallo provisional que congele todos los castigos hasta que el caso completo pueda ser atendido en las semanas y meses por venir.
Ello permitiría que Rusia compitiera, como lo hizo Valieva en Beijing, con un asterisco en el resultado, a la espera de un futuro fallo legal.
Hay un precedente de una victoria de corto plazo en un caso que se perdió a final de cuentas.
Justo antes del Mundial de 2018 en Rusia, los abogados del capitán peruano Paolo Guerrero convencieron a un juez de la Corte Suprema de Suiza para que congelara su suspensión por un caso de dopaje que fue ventilado ante la FIFA y el TAS.
El juez consideró injusto impedir que Guerrero, de 34 años, jugara su primer Mundial, “la gloria que coronaría su carrera”.