A cinco fechas de un Clásico que se sospecha el más trascendental de los últimos tiempos, LaLiga dio un vuelco y el dominador Barça quedó en posición de debilidad, desplazado del primer puesto y obligado, más que nunca, a reaccionar.
El nuevo liderato merengue no es cualquier cosa, atendiendo a que no disfrutaba de esta posición en el campeonato a estas alturas de LaLiga desde la temporada 2016-17. Desde entonces, vivió a la sombra de un Barça con el que, en el actual curso, mantiene un auténtico duelo y al que después de mantenerse igualado en puntuación durante ocho de las nueve últimas fechas, superó aprovechando el KO azulgrana en Mestalla.
El conjunto de Zinedine Zidane sufrió, y no poco, en Valladolid. Se le anuló un gol a Casemiro en la primera mitad y después de que, ya en la segunda parte, anotase Nacho el 0-1 que sería definitivo, al equipo local también se le anuló un gol por fuera de juego de Sergi Guardiola.
El equipo presidido por Ronaldo Nazario intentó la igualada hasta el último suspiro, pero el Madrid resistió con solvencia para sumar tres puntos que le disparan en la tabla.
Tres victorias consecutivas y ocho en las últimas 12 jornadas durante las que se mantiene invicto, el Real Madrid, que no conoce la derrota en la Liga desde el 19 de octubre, alcanzó una posición privilegiada que no disfrutaba a estas alturas de la temporada desde 2017 y lo hace una semana antes de recibir en el Bernabéu al Atlético en un derbi que se adivina providencial y a cinco fechas de un Clásico que el 1 de marzo puede, esta vez sí, presentarse como casi decisivo en la suerte del campeonato.
