Para el Real Madrid, la mayor amenaza de la final de la Champions League en Kiev es Mohamed Salah. La estrella del equipo ha realizado una campaña excelente y peleará con Messi hasta el final por la Bota de Oro, ya que se encuentra a un solo gol del argentino del Barcelona, que lleva 32 tantos en la Liga Santander. El egipcio ha sido nombrado mejor jugador de la Premier League. Físicamente es un portento, se adapta a la perfección al estilo de juego de Jürgen Klopp y tiene una habilidad innata para hacer gol partiendo desde el extremo derecho del campo.
Sin embargo, sus cualidades físicas podrían verse en cierto modo mermadas por sus creencias religiosas. Y es que la final de Champions League de Kiev pillará al jugador musulmán en pleno Ramadán. Este año, el Ramadán comenzará el 15 de mayo y terminará el 14 de junio (justo cuando daría comienzo el Mundial de Rusia), pudiendo variar el día de inicio en función del país.
En cualquier caso, la final se celebrará el sábado 26 de mayo, por lo que tendrá que ayunar durante el día. Esto no significa que no vaya a estar en condiciones de jugar. Sin embargo, Salah se verá obligado a cambiar sus hábitos alimenticios durante esas fechas, ya que no podrá comer entre la salida y la puesta de sol. El ayuno estricto exigiría que tampoco beba, aunque sí le estaría permitido refrescarse.
La mayoría de los futbolistas musulmanes juegan sin que afecte a su rendimiento, pero preocupa que en una fecha tan clave en la que se exigirá el máximo de él, pueda no estar al cien por cien.
Pero Salah no es el único futbolista musulmán del Liverpool que ayunará durante el Ramadán. Otro futbolista determinante como es Sadio Mané, dueño del extremo izquierdo del Liverpool, también tendría que hacerlo, es decir, que el equipo inglés podría sufrir los efectos del ayuno en sus dos futbolistas de ataque más rápidos. Emre Can, actualmente con problemas de espalda, es el otro musulmán de la plantilla, aunque es un jugador menos decisivo al ocupar la posición de mediocentro.
