El viernes, el PSG vivió un episodio poco habitual, según explica el diario francés L’Equipe. Después de ganar en Bélgica contra el Anderlecht el miércoles (4-0), en el partido de Champions, Unai Emery había previsto un entrenamiento con poca intensidad para los titulares. Correr estaba en el menú de los diez jugadores que salieron de inicio (Dani Alves tenía molestias y no salió a entrenarse) antes de volver a los vestuarios para los cuidados de los fisios. Sin embargo, un jugador no quiso marcharse: Neymar. El brasileño estaba con ganas de participar en los distintos juegos con balones junto a los suplentes y los que no jugaron en Champions.
El exjugador del Barça se acercó a Emery y le pidió continuar la sesión, pero el técnico español se negó. “No ha entendido que el míster se lo impidiese. Ney le dijo que el partido se había jugado dos días antes, que ya había descansado y que necesitaba entrenar”, comentó a L’Equipe un cercano del 10 brasileño.
Ante la negación de Emery, Neymar no pudo contener su frustración y tiró muy fuerte un balón contra una pared del centro de entrenamiento parisino. Una reacción que sorprendió a más de una persona, entre ellas a Kobe Bryant, el exjugador de la NBA, que asistía al entrenamiento. Antero Henrique, el director deportivo del club y Maxwell, coordinador del PSG, estaban también presentes ese día, pero no dijeron nada. Un mes después del ‘penaltygate’ entre Neymar y Cavani, el brasileño está de nuevo en el foco de atención.
