Que Neymar está cuajando un inicio de temporada sensacional es evidente. Sus números (máximo goleador del equipo en Liga con diez tantos) hablan por sí solos, más allá de la sensacional conexión creada con Messi desde que comenzó la temporada y que ahora deberá acabar de pulir con Luis Suárez, una vez que el uruguayo está listo para comenzar a amortizar los 81 millones que costó su inversión. Las dudas sobre su aterrizaje la pasada temporada pasaron a ser esperanza para el futuro, por lo que desde la Junta de Bartomeu se guardan su nombre como una de las armas electorales para los comicios de 2016.
En el Camp Nou tienen la idea de renovar (más bien mejorar) el contrato del futbolista que acaba en 2019 y basar así su campaña electoral. El brasileño será un buen gancho. La sensación es que para entonces, si no se precipitan los acontecimientos y se adelantan las elecciones para el próximo verano (podría depender de cómo acabe la presente temporada), será el momento para dar el golpe de efecto, amarrando unos años más a la que se espera que sea figura del equipo junto con Messi.