Juan Diego Blas y Mónica Méndez son de esas parejas que, en estos tiempos, es difícil encontrar. Su amor puro ha sido la base de este matrimonio que lleva escribiendo páginas doradas por más de seis años.
Juan Diego es un atleta guatemalteco que ha dedicado su vida al deporte desde temprana edad. La ausencia del peroné desde su nacimiento no fue impedimento para desarrollarse y hacer historia en el frontón.
Con múltiples torneos nacionales e internacionales en su haber, ha logrado salir campeón y puesto en alto el nombre de Guatemala. Sin embargo, su hermosa familia es su mayor galardón; ellos son una muestra del gran corazón que tiene el guatemalteco.
El génesis del amor
La vida nos lleva por caminos que nunca imaginamos, en los cuales nos presenta a personas maravillosas que no pensábamos conocer. Este es el caso de Juan Diego y Mónica, quienes por tener un gusto en común, terminaron conociendo al amor de su vida.
Transcurría el año 2011, Juan Diego era ya un atleta consolidado en el frontón y decidió ingresar a un voluntariado, con lo que materializaría su deseo de apoyar a las personas. Sin saberlo, también sería el vehículo para conocer a su media naranja.
Desde el primer momento, algo surgió entre ellos. Luego de más de 10 años compartiendo camino, Mónica recuerda qué fue lo que más le enamoró de Juan Diego.
En Juan Diego encontré una persona integral. Su seguridad, estabilidad y honestidad fueron aspectos que me enamoraron de él. En la actualidad aún me siento segura, como el primer día.
El amor en la cancha
A raíz de que Juan Diego es atleta de alto rendimiento, los viajes que conllevan largas ausencias lejos de casa son parte de su rutina. Sin embargo, esto no ha sido impedimento para que la llama del amor siga ardiendo.
Mónica ha sido mi apoyo en el deporte. Siempre me acompaña en los torneos nacionales e internacionales. Ha ido a verme jugar a dos mundiales; uno en Barcelona, España, y el otro en Biarritz, Francia.
A pocos meses de los Juegos Paralímpicos, las jornadas de entreno de Juan Diego se han alargado, ya que tiene que mostrar su mejor nivel para acceder al evento deportivo más importante con el que sueñan los atletas.
Siempre me apoya cuando tengo que quedarme a entrenar hasta tarde, ahora más, ya que el sueño de los Juegos Paralímpicos está presente. Esto hace que las jornadas sean más extensas. Saber que ella está conmigo me hace querer dar lo mejor de mí.
El deporte en el matrimonio
Gracias a los excelentes dotes deportivos que Juan Diego ha notado en Mónica, la ha convencido de participar en eventos deportivos.
Mónica se ha ido metiendo a participar como atleta; últimamente le gustó mucho la especialidad de frontball, la cual es nueva en Guatemala. Logró clasificar como suplente a un torneo panamericano en Perú.
Lo que podría ser un grave problema para otros matrimonios, para la familia Blas Méndez ha sido una oportunidad total para reafirmar su amor.
El deporte representa vivir los valores que se viven tanto en la cancha como en el campo de juego. Esto ha sido una herramienta valiosa de vida que nos ha enseñado a tener la capacidad de solucionar y no de buscar excusas, de respetar nuestra promesa y, sobre todo, trabajar en equipo.