Luka Modric se levantó la camiseta hasta cubrirse el rostro, mientras avanzaba hacia una línea de banda.
Vestidos de rojo y blanco, los aficionados reconocieron el significado triste del momento y se levantaron para aplaudir al mediocampista bajito, quien es probablemente el mejor futbolista en la historia de Croacia.
Poco después, los ruidosos hinchas argentinos hicieron lo propio en el Lusail Stadium. Rindieron un homenaje a un rival que se marchaba de la que fue casi seguramente su última Copa del Mundo.
Sustituido a los 78 minutos del partido del martes, cuando su equipo perdía por tres goles, Modric se despidió. Croacia terminó cayendo por 3-0 ante Argentina en la semifinal, cuatro años después de que el conjunto balcánico sucumbió ante Francia en el encuentro por el título.
Modric lució muy serio cuando fue sustituido por Lovro Maher. Con total calma se sentó en el banquillo.
“Queríamos volver a la final”, dijo Modric. “Lamentablemente no pudo ser”.
No hubo gestos hacia la multitud ni muestras de emoción por parte de un hombre cuya brillantez podría ser a veces opacada por su discreción, pese a todo lo que ha logrado.
El segundo futbolista más famoso de 37 años en el Mundial vuelve a casa, unos días después de que lo hizo el primero.
Modric tiene la misma edad que el portugués Cristiano Ronaldo, su excompañero en el Real Madrid. Aunque ambos se aproximan al ocaso de sus laureadas carreras, hay contrastes claros en su presente, y ello se apreció en la antesala del Mundial y durante éste.
Mientras que Cristiano acaparó los reflectores con la entrevista explosiva que concedió días antes al periodista Piers Morgan, Modric se limitó a expresarse en la cancha
Después de conducir a Croacia a la final en Rusia, volvió a ser la inspiración de un país con unos 4 millones de habitantes. La selección de la camiseta ajedrezada llegó a una semifinal mundialista por segunda vez consecutiva.
En esa misma instancia, Modric ayudó a que Croacia eliminara al Brasil de Neymar. En cambio, poco pudo hacer para frenar a Lionel Messi en su misión personal de obtener finalmente el trofeo más codiciado del orbe.
Messi abrió el marcador de penal el martes y realizó un acto de magia antes de prodigar el pase que derivó en el segundo de los dos tantos conseguidos por Julián Álvarez.
Pero Messi no fue la única figura que apareció en el estadio Lusail.
Modric es considerado por muchos uno de los mejores mediocampistas de la historia. Cinco veces ganador de la Liga de Campeones con el Real Madrid, obtuvo también el premio al mejor jugador del mundo en 2018.