Sergio Pérez debió esperar 190 carreras para finalmente subir al podio como ganador en la Fórmula Uno y puso fin a una espera de 50 años para México.
La victoria de Pérez el domingo en un caótico Gran Premio de Sakhir fue al primera de un piloto mexicano desde Pedro Rodríguez ganó el GP de Bélgica en junio de 1970. Rodríguez murió un año después, a los 31 años de edad, en una carrera.
“Me han contado que tenia un talento tremendo … Una pena que murió tan joven”, dijo Pérez, de 30 años. “Para los mexicano no es fácil abrirse paso en la Fórmula Uno y tener éxito en este deporte. Ojalá que podamos tener a otro mexicano de clase en la grilla”.
Pérez palpitaba que en México estaban celebrando a lo grande su triunfo.
“Especialmente porque ha sido a una buena hora en México. Las carreras suelen ser a las 6 de la mañana. Esta fue en un domingo a las 11. Seguramente estarán disfrutando con un buen tequila”, declaró. “Estoy tiene un gran significado para mí y mi familia. Es un día enorme, un día histórico”.
El piloto de Racing Point cruzó la meta con una ventaja de 10,5 segundos sobre el Renault de Esteban Ocon y de 11,9 por delante de su compañero Lance Stroll.
“Espero no estar soñando. He estado soñado tantos años con este momento que me tomó 10 años. Es algo increíble”, comentó tras bajarse del monoplaza.
“Checo” Pérez es el segundo mexicano que triunfa en la categoría. Además de la victoria en Bélgica con BRM, Rodríguez ganó en el GP de Sudáfrica en enero de 1967, al volante de un Cooper-Maserati.
Pérez ni siquiera tiene asegurada su participación la próxima temporada de la F1 tras haber sido reemplazado por Sebastian Vettel.
“Quiero seguir”, dijo Pérez. “Si no puedo estar en la grilla el año próximo, lo estaré en 2022″.
George Russell parecía encaminado a una sensacional victoria en su debut con Mercedes hasta que su equipo cometió un garrafal error al llamarle junto a Valtteri Bottas para otro repostaje cuando el coche de seguridad rodaba en la pista con 25 vueltas por completar.
El repostaje Russell fue algo lento, pero nada comparado al de Botts, quien esperó unos agonizantes 27 segundos mientras los mecánicos se complicaban para ajustar su rueda izquierda frontal adecuadamente. Llamativamente, Russell fue llamado otra vez a pits debido a que el equipo le había instalado una mezcla mixta e neumáticos.
Fue un inusual despiste por parte de Mercedes, una escudería que ha dominado la F1 desde 2014, monopolizando todos los títulos de pilotos y constructores.
Pese al error, el británico Russell remontó de manera brillante, del quinto al segundo puesto, acercándose a Pérez cuando se produjo el pinchazo de su rueda trasera a ocho vueltas del final.
Pérez, quien debutó en 2011, quedó con el camino despejado al triunfo y subió al podio por décima ocasión. Ocon lo hizo por primera vez.
El mexicano celebró tras el amargo desenlace de la semana pasada en el mismo escenario. Tuvo que abandonar a tres vueltas del final del GP de Bahréin cuando estaba por figurar dentro de los tres primeros.
Russell finalizó noveno y Bottas octavo en la que fue una humillante noche para Mercedes, que rara vez mete la pata. El ilegal cambio de neumáticos a Russell era investigado por los comisarios tras el término de la carrera.
Russell tiene contrato con Williams, pero reemplazó a Lewis Hamilton debido a que el siete veces campeón mundial se recupera del coronavirus. Hamilton, quien certificó el título el mes pasado, sigue en duda para el GP de Abu Dabi, el último de la temporada.
La carrera debió ser interrumpida por un choque en la primera vuelta que fue causado por el Ferrari de Charles Leclerc, quien al tratar de no rezagarse en la largada acabó rozando el coche de Pérez. Ello provocó que el Red Bull de Max Verstappen se abriera para evitar el impacto con Pérez, y acabó estrellándose contra el muro de protección, al igual que Leclerc.
“No entiendo porqué tienen que ser tan agresivos”, dijo un exasperado Verstappen.
Leclerc aceptó su responsabilidad por lo ocurrido. “Si hay un culpable, ese soy yo”, dijo el monagesco que tendrá que purgar una sanción de tres posiciones en la grilla para la próxima carrera.
Al frente, Russell tuvo un inmejorable comienzo desde el segundo sitio y rebasó a Bottas, quien había obtenido la pole.
El brasileño Pietro Fittipaldi (Haas) quedó 17mo en su debut en la F1 al sustituir al francés Romain Grosjean, quien la semana pasada salió vivo de milagro tras un accidente en el que su monoplaza estelló en llamas.
Jack Aitken sustituyó a Russell en Williams y quedó 16to al debutar.
Los pilotos volvieron a competir en el Circuito Internacional de Sakhir, pero en una pista externa más pequeña, con una distancia de 3,5 kilómetros (2,2 millas) en vez de los 5.4 km (3,3 millas), y con 87 vueltas en lugar de 54.
Al promediar la carrera, Russell superaba a Bottas y parecía perfilado al triunfo.
Pero el drama apenas comenzaba.
Con 26 vueltas por recorrer, Bottas achicó la ventaja de Russell justo cuando el coche de seguridad ingresó debido a que el alerón frontal de Aitken se había desprendido.
Pese a estar arriba 1-2 en la carrera, Mercedes llamó a sus dos pilotos para un segundo cambio de neumáticos y aprovechar la presencia del coche de seguridad. Cayeron presa del pánico y pusieron los neumáticos equivocados en el monoplaza de Russell y se requirió una eternidad para instalar el de la rueda delantera izquierda de Bottas.
El fallo permitió a Pérez apoderarse del primer lugar.
Irritado por lo ocurrido, Russell soltó una palabra altisonante cuando su ingeniero de carrera le comunicó que los neumáticos eran demasiado rápidos.
Luego de la salida del coche de seguridad en la vuelta 70, Russell dejó atrás a Bottas con una buena maniobra y también rebasó a Stroll y Ocon, todo con un despliegue de audacia que Hamilton hubiera admirado.
Tenía 13 vueltas para darle alcance a Pérez, al frente por apenas 3.5 segundos. Unas cuantas vueltas más, el margen quedó en 2,5 segundos hasta que el pinchazo del neumático estropeó el empeño de Russell.
Pérez acabó extasiado, pidiéndole al equipo que se asegurasen que su hijo estuviera mirando la carrera por televisión.
“El coche fue como una limusina”, resumió el mexicano.