Con media hora tuvo suficiente Leo Messi, que regresaba hoy después de una lesión de dos meses, para demostrar su clase, puesto que anotó dos goles en dos minutos que cerraron el 4-0 de su equipo ante el Getafe y que abren la puerta del Barça a los cuartos de final de la Copa del Rey.
En un partido en el que hasta entonces había tenido a Cesc Fàbregas como protagonista absoluto y autor de los dos tantos, Messi apareció en escena para dinamitar el partido en los dos últimos minutos.
Salió a media hora del final y pareció reservarse, pero al final olió la sangre y no desaprovechó la ocasión. Marcó el 3-0 en una acción de oportunista.
Cuando moría el partido recogió un rechace en el área y batió a Codina (m.90) y en el tiempo añadido se midió en una carrera con la defensa madrileña y mostró que su lesión está plenamente olvidada. Esprintó, regateó y remató. Cerró el 4-0 y seguramente la eliminatoria. Messi regresó a lo grande.
El Barça, que no se dejó nada pensando en el Calderón, había recuperado antiguas y buenas sensaciones durante buena parte del primer tiempo.