El estadio olímpico Luzhnikí, antiguo Lenin, es un teatro deportivo con mucha historia que espera impaciente el inicio de los Mundiales de Atletismo, ya que una vez concluya el campeonato colgará el cartel de cerrado por reformas. Será en este escenario y sus alrededores donde los marchistas guatemaltecos participen el domingo a las 7 de la mañana en la prueba de 20 kilómetros marcha.
«El nuevo estadio será mejor y dará cabida a más espectadores, pero lo más importante es que se conservará la pista de atletismo», aseguró a Efe Valentín Balajnichov, presidente de la Federación de Atletismo Rusa (FAR).
El Luzhnikí, que suele acoger los partidos de la selección rusa de fútbol, será remodelado para la ceremonia de inauguración y la gran final de la Copa Mundial de fútbol de 2018.
En un principio se habló de demoler el vetusto estadio, pero finalmente, según la prensa debido al estancamiento de la economía nacional, el Gobierno optó por la remodelación de la joya del deporte ruso.
Con vistas a los Mundiales, la FAR ha puesto todo su empeño en renovar las pistas de atletismo de color azul celeste, que quedan virtualmente sepultadas por la nieve durante el largo invierno ruso.
Un ensayo general de los Mundiales tuvo lugar durante los campeonatos nacionales que se celebraron a finales de julio y en los que la «zarina de la pértiga», Yelena Isinbáyeva, logró su enésima victoria y anunció su retirada del atletismo.
De hecho, los Mundiales rinden homenaje a la pertiguista y se puede ver claramente la silueta de la doble campeona olímpica y 28 veces plusmarquista mundial atacando el listón.
Los aficionados pueden desplazarse en metro hasta el estadio que está a orillas del río Moskova, ya que la estación más cercana se encuentra a apenas 10 minutos a pie.
Mientras, se esperan unas medidas de seguridad sin precedentes tras el atentado terrorista ocurrido en abril pasado durante el maratón de Boston.
El Luzhnikí, que tiene cabida para más de 70.000 espectadores, ha sido escenario a lo largo de sus más de 56 años de historia de numerosos acontecimientos deportivos y también de una tragedia similar a la de Heysel.
El Luzhnikí fue incluido en 1998 en la lista de estadios cinco estrellas por la UEFA, tras lo que acogió en 2008 la única final puramente inglesa de la historia de la Liga de Campeones entre Manchester United y Chelsea, que se llevó el primero en la ruleta rusa de los penaltis.
El 20 de octubre de 1982 fue escenario de la mayor tragedia en la historia deportiva de este país durante un partido de la Copa de la UEFA entre el Spartak local y el Harleem holandés.
Debido a una avalancha, 66 aficionados murieron, lo que es recordado por un pequeño monumento conmemorativo que se encuentra en las inmediaciones del estadio.