GUATEMALA — Luis Pedro Molina ha decidido colgar los guantes, tras 24 años de atajar balones, volar y gritar ‘voy, es mía”. Promete no alejarse de la cancha. Muy pronto se le verá en los estadios como director técnico, ese es su objetivo a partir de ahora.
Tiene 43 años, jugó en 13 equipos, fue seleccionado nacional (22 apariciones), fue mundialista en futsal, ganó títulos en Liga Nacional y en Primera División. Fue socio fundador de la Asociación de Futbolistas Guatemaltecos, ahora convertida en Sindicato.
“Yo di todo dentro del campo, nunca me guardé nada. Tuve aciertos y desaciertos, momentos muy especiales. Decidí dar el paso al costado porque sentí que desde afuera podía hacer más. Fui muy feliz en cada etapa, en cada equipo que estuve. No tengo nada que reprocharme, di lo mejor de mí y eso me hace estar más tranquilo”, afirma en entrevista con ESPN.
‘El Chicotón’, como es conocido, se despide con la disciplina como parte fundamental en su trayectoria. “Todo comienza en la familia, con tu educación, con tus principios y valores. Todos pasamos por momentos desagradables, pero hay que tener ese equilibrio y yo estoy agradecido con mi familia por eso que no tiene precio”.
“Tengo que agradecerle a mi mamá, ella fue la que estuvo al pie del cañón conmigo, muy de cerca. En los momentos difíciles, en los momentos de alegría, cuando no quería ver a nadie, ella se comió todo eso con mi familia”.
Un equipo
Una difícil pregunta de responder porque todos los equipos le dejaron algo especial, con las distintas circunstancias que tuvo que vivir. “Me llevo mucho de Comunicaciones, soy crema, yo me inicié ahí. Pero, el tiempo donde yo me realicé más fue con Jalapa, fueron cinco años muy especiales. Quedaron muy buenas amistades de ese equipo”.
Eliminatoria a Alemania 2006
A Molina le queda la espinita de no haber clasificado a una Copa del Mundo. Participó en el proceso eliminatorio, en el que la Bicolor ha estado muy cerca de ser mundialista, el de Alemania 2006.
“Veníamos con un proceso largo, habíamos jugado muchos partidos amistosos a buen nivel. Nos unimos todos, fuimos un grupo y teníamos un mismo objetivo. Era una Selección muy intensa, a otro ritmo, ahí nadie daba menos, todos queríamos jugar”.
Un momento difícil
Disfrutó de su carrera, de los triunfos y las derrotas, en una posición muy compleja. “Acá los sentimientos van y vienen, hubo momentos buenos y malos. Un día estas feliz y a los dos minutos estas triste. Un día para la afición son el mejor del mundo y al otro día sos el peor. Entonces, manejar eso no es fácil, más en el puesto en donde yo me desarrollé”.
“Siento que algunos medios fueron muy duros conmigo, o han sido muy duros con ciertos jugadores. Por ahí sería bueno el acercamiento, conocerlos más allá de lo que pueden dar a simple vista. En base a eso, sí me tocó pasar algunos momentos de tristeza, de enojo”.
Una anécdota
Con Selección Nacional, rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, de Maracaibo 1998. “Nos toca contra El Salvador y Belice en Cobán, éramos favoritos para pasar. El otro portero era cobanero y todos pedían que él jugara. En el primer partido, ante El Salvador, me como un gol, después no me habló con el defensor y cae el otro, perdimos el juego”.
“Pasé tres días sin salir de la habitación, iba a comer solo y regresaba al cuarto. Viene el profe y me pone ante Belice, por cierto estoy muy agradecido por eso. Me llovieron criticas desde el inicio. Íbamos 0-0 y faltando pocos minutos marcan un penal a favor de Belice, lo atajé, después saqué otro mano a mano y ganamos. Fue una experiencia difícil, pero me ayudó a fortalecer mi carácter y personalidad. Eso te hace madurar”.