Si hay un jugador que salió señalado de la derrota del Real Madrid en el Sánchez Pizjuán fue Keylor Navas. El costarricense no tuvo su día y dos errores suyos acabaron condenando a un Madrid que empezó ganando el partido con un gol de Cristiano de penalti y que lo tuvo controlado hasta el 85’. En ese minuto llegó el gol de Ramos en propia puerta, pero al que contribuyó el portero quedándose en la raya y sin salir a por un balón que debía ser suyo. Ahí empezó a desmoronarse el Real Madrid, frente al Sevilla que acabó agarrando los tres puntos con un disparo de Jovetic en el descuento. Un gol que dejó a Keylor, muy mal colocado, en evidencia. El tico explicó su segundo fallo en zona mixta: “En el gol de Jovetic estaba pendiente de hacer la cobertura. Toco el balón pero no logro sacarlo”…
Los números señalan a Keylor. Cuajó una temporada pasada espléndida. Sus paradas sostuvieron al equipo en los primeros meses del proyecto Zidane, como ante el Málaga (1-1), el Roma (2-0) en Las Palmas (1-2) o contra el Sevilla (4-0), donde volvió a ser héroe al parar un penalti. A estas alturas sólo había encajado 13 goles en 17 partidos. Pero esta campaña, tras ser operado en verano de una tendinopatía crónica en el tendón de Aquiles de su tobillo izquierdo, lleva encajados 21 goles en 18 partidos (en 1.440 minutos). Su ‘estreno’ en Dortmund ante el Borussia estuvo plagado de claros y oscuros; tampoco mostró seguridad frente al Legia, donde Radovic, en el 2-2, le dejó en mal lugar; ante el Kashima, en el Mundial de Clubes, tampoco estuvo fino en uno de los goles… Keylor tiene sus peores números desde que está en el Madrid. Le han rematado a puerta 71 veces de las que ha parado 47 y ha encajado 21 tantos. Es decir: le hacen un gol cada tres remates a puerta (3,3) mientras que la temporada pasada le marcaban cada cinco (en la 2014-15, le marcaron ocho goles en 28 tiros: 3,5) y firma un 66% de paradas por el 79% de la campaña pasada (71,5% en la 2014-15).