Al entrenamiento del Borussia han asistido casi un centenar de aficionados que quieren dar su último aliento al equipo. Muchos recuerdan que el Madrid se agarró al espíritu de Juanito para casi remontar un 4-1. En la región de Westfalia hay ahora una corriente de opinión que mezcla dos caminos para lograr la hazaña. No hay un espíritu de Juanito, sino 80.000, tantos como las almas que llenan cada partido el Signal Iduna Park. Por otro lado, Lewandowski, ausente en el Bernabéu, saldrá de inicio. Muchos le piden el último esfuerzo antes de vestir la camiseta del Bayern…
Todos los jugadores han salido de las instalaciones de Brackel. Pero un Mercedes de alta gama vuelve a enfilar la ciudad deportiva. Es Lewandowski (ha olvidado algo). Los hinchas rezagados aprovechan para pedirle sus últimos autógrafos (“¡Estamos en tus manos!”). El delantero atiende la señal. Reconoce la foto. Fue celebrando así los goles hasta llegar al cuarto. Preguntamos: “¿Le gustaría repetir el póker?”. Mira la foto y la dedica (Para mis amigos…). Nos sorprende su reacción: “¿Un póker?”. Insistimos: “Sí, un póker de cuatro goles… ¿Sería bonito repetirlo?”. La respuesta es obvia y sale de su boca como un murmullo: “Sí, claro…”. Luego se encoge de hombros y tuerce la expresión. Entendemos la dificultad de la empresa. Pero es la gran esperanza del Borussia…
El Madrid quiso ficharlo… tarde
El Madrid quiso ficharlo pero se movió tarde. Reaccionó tras sus cuatro goles. Es notorio que Florentino le preguntó esa misma noche en el vestuario del Borussia si quería ir al Madrid, pero ya se había comprometido con el Bayern. Su agente recibió la llamada de Mourinho un par de días más tarde, en la que le decía que lo quería con él, tanto en el Madrid como en el Chelsea (el portugués ya veía, entre la ida y la vuelta de las semifinales, que no seguiría en el equipo blanco).