Justo antes de concluir la última rueda de prensa de la temporada, minutos después de ceder el título de campeones de la NBA ante los Warriors, a LeBron James —el primer jugador que promedia un triple-doble en una final— le preguntaron si sigue pensando que es bueno para la Liga la existencia de equipos tan mayúsculos y con tanto potencial como aquellos Heat de los que formó parte a principios de década, los Cavaliers que hoy en día encabeza o sus verdugos de este año. «No creo que haya jugado en algún súper equipo. No lo veo así«, respondió el de Akron, colocando automáticamente a Golden State un peldaño (o varios) por encima del resto de equipos de los que formó parte.
Nada más conocerse estos comentarios, y como es habitual en estos casos, las redes sociales comenzaron a echar humo recordando que durante dos de las cuatro temporadas que permaneció en Miami, el propio LeBron compartió vestuario junto a Dwyane Wade, Chris Bosh y Ray Allen, eso sí, este último disputando ya los últimos cursos de su carrera. Un cuarteto de estrellas (o Fab Four) al que muchos ven ciertos paralelismos con los cabezas de cartel del equipo campeón en este 2017: Kevin Durant, Stephen Curry, Draymond Green y Klay Thompson. En los Heat, ‘King’ James arrancó su implacable dominio en el Este que le ha servido para encadenar siete Finales consecutivas hasta el día de hoy.
