Una serie de eventos han transformado lo que era una fiesta en el Estadio Nacional Doroteo Guamuche Flores a una lamentable y triste escena. Se disputó el Clásico 308 entre Comunicaciones y Municipal en el cual los rojos se quedaron con la victoria 0-1.
Comunicaciones había puesto nuevamente la promoción de 2×1 para toda la afición en las distintas localidades del estadio, a excepción de Palco. Desde muy tempranas horas del día la afición ya hacía cola en las afueras para poder encontrar un buen lugar. Las puertas se abrieron aproximadamente a las 8am, teniendo en cuenta que el partido iniciaba a las 11m.
La directiva de Comunicaciones tenía estipulado ocupar las localidades de Preferencia, Tribuna, Palco y General Norte. Sin embargo al pasar de los minutos en el encuentro, mucha gente se encontraba aún afuera y otros que no habían conseguido boletos.
Mas o menos al minuto 20, aficionados abrieron a la fuerza las puertas de la General Sur y comenzaron a ingresar todos los que se encontraban aún afuera. Sin embargo, no se registraba ningún incidente y todos los aficionados encontraron un lugar para ver el partido.
El problema comenzó cuando Comunicaciones se queda con 9 jugadores tras las dos expulsiones de Galindo y Lombardi, la afición se mostraba muy molesta y reclamaban al entrenador Mauricio Tapia.
La gota que derramó el vaso fue tras la celebración de Alejandro Díaz, quien se quitó la camisola y se la mostró a todos los que estaban en la General Norte, esto causó un gran enojo en la afición quienes comenzaron a arrojar objetos al campo, desde comida, basura y lastimosamente butacas del estadio.
Al final del encuentro tuvimos la posibilidad de ir a ver como había quedado todo y pudimos observar como tristemente aficionados rompieron las butacas para tirarlas al campo e incluso quemarlas. Una triste escena que deja lo que en comienzo era una fiesta futbolera.