El 42% de los goles de la Copa del Mundo Rusia 2018 llegaron producto de jugadas a balón parado. Una cifra contundente a la hora de evaluar cuál es la forma de llegar hasta las anotaciones.
En total, se han marcado 68 goles a balón parado en los 62 partidos que se disputaron hasta antes de las finales, todo un récord. La anterior marca fue de 62 anotaciones, registradas en Francia 1998. El pasado martes, un remate de cabeza a la salida de un tiro de esquina sentenció la semifinal entre Francia y Bélgica. Un día después, Inglaterra se adelantó en el marcador al convertir un tiro libre directo.
De las 32 selecciones participantes en la Copa Mundial, 15 marcaron al menos la mitad de sus goles en jugadas a balón parado.
«Las jugadas a balón parado se han destapado como una herramienta muy importante en esta Copa Mundial», señaló Andy Roxburgh, miembro del Grupo de Estudios Técnicos de la FIFA, en la conferencia de prensa que tuvo lugar este jueves en Rusia, según consigna el sitio oficial de esta competencia.
«En la pasada temporada de la Liga de Campeones, 45 saques de esquina acabaron en gol. Aquí, en el Mundial, llevamos ya 30. Son acciones que demuestran efectividad, así como agilidad mental y velocidad de ejecución», añadió.
Pero ¿cuáles son las razones de que las jugadas a balón parado estén resultado tan efectivas en este certamen?
Se aprecian más faltas
Para marcar un gol en una jugada a balón parado, antes tiene que haberse señalado una infracción.
Renunciar a la posesión del balón
Muchas selecciones mundialistas han renunciado voluntariamente a dominar la pelota y se han concentrado en defender bien, a menudo incluso encerrándose en su área.
Más fáciles de aprender
Aprender a ejecutar jugadas a balón parado es más rápido y más efectivo que trabajar acciones o soluciones ofensivas.
Difíciles de defender
A ello cabe añadir que las jugadas a balón parado son extremadamente difíciles de defender. Independientemente de si los marcajes en un córner son al hombre, en zona o mixtos, con que un solo jugador reaccione tarde o despeje defectuosamente el balón, al rival se le puede presentar una buena ocasión de gol.