Un comienzo de partido apabullante, con un gol y tres disparos al poste, lanzaron hoy al Atlético de Madrid a las semifinales de la Liga de Campeones 40 años después y eliminaron al Barcelona, lejos de su mejor versión, anulado casi siempre por el extraordinario esfuerzo de un conjunto rojiblanco formidable.
No estará el equipo azulgrana en una ronda que había jugado las últimas seis ediciones de forma consecutiva, porque el Atlético fue un equipo soberbio, en ataque cuando comenzó el encuentro y en defensa cuando apretó en el segundo tiempo el Barcelona, que nunca se sintió ganador ni halló la fórmula para derribar a su adversario.
No sólo marcó el Atlético en el minuto 5, cuando Koke enganchó en el segundo palo un toque de cabeza Adrián López, el sustituto de Costa en el once, sino que arrinconó al conjunto azulgrana con una fuerza tremenda y con una presión que anuló la salida de pelota y la transición de un agobiado Barça.
El 1-0 fue una buena noticia para el Barcelona, que sobrevivió al ímpetu de un magnífico Atlético y que retomó el balón superado ese momento, en ese tramo siempre con Iniesta como eje, como el jugador con más presencia, pero sin profundidad en el camino hacia el descanso, en el que los rojiblancos replegaron líneas con eficacia.
Con el aguante del equipo madrileño tras el formidable esfuerzo del comienzo del choque y las obligaciones del Barcelona entró en juego el segundo tiempo, con susto para el Atlético: Courtois le ganó un uno contra uno a Neymar, al que rebañó el balón en el área y, tras una serie de rechaces, Xavi falló a un metro de la línea, a puerta vacía, con el portero en el suelo y sin opción.
El Atlético, rearmado, de nuevo mejor que su contrincante para el último esfuerzo, para los 20 minutos finales, para sacar billete para las semifinales después de 40 años, desde aquel 1974 en el quedó subcampeón de Europa, para estar entre los cuatro mejores de Europa con una victoria histórica.