LAKE BUENA VISTA, Florida, EE.UU. (AP) — Anthony Davis de Los Ángeles y Jae Crowder de Miami terminaron en el suelo a la mitad del tercer periodo del sexto partido de la final. Davis se esforzaba para incorporarse, y lanzó un codazo al rostro de Crowder, quien ni siquiera se inmutó.
El episodio simbolizó lo ocurrido en el encuentro del viernes. Los Lakers estuvieron a unos segundos de ganar el título de la NBA pero no pudieron noquear al Heat.
LeBron James lució con los Lakers, al anotar 40 puntos, pero Jimmy Butler brilló con Miami al conseguir 35 unidades como parte de un “triple doble”, y el Heat sobrevivió para hacer necesario un sexto partido que se disputará este domingo.
“No vamos a retroceder ni a rehuir nada”, advirtió Butler.
Todo sigue favoreciendo a los Lakers, que ganan la serie por 3-2. Los equipos de James jamás han desaprovechado dos veces la oportunidad de liquidar la misma serie desde 2006, el primer año en que disputó la postemporada.
El Heat sigue sin contar con el armador estelar Goran Dragic por una lesión en un pie —un desgarro en la fascia plantar izquierda.
Pero Miami se ha mostrado dispuesto a resistir.
“Todos nos daban por eliminados desde que comenzaron los playoffs”, dijo el base novato Tyler Herro. “No nos importa en realidad lo que diga la gente”.
Durante el quinto cotejo, Miami siguió encontrando formas de mantener viva la serie y la temporada. En los últimos segundos, cuando Danny Green falló un triple que habría dado a los Lakers el cetro, Markeff Morris tomó el rebote ofensivo, pero su tiro fue tan malo que abandonó la cancha sin tocar el aro.
Desde que comenzó la final de la NBA, los jugadores del Heat han hablado de la necesidad de jugar un basquetbol prácticamente perfecto ante los Lakers. James, quien ha hablado con mucho respeto de su equipo anterior durante la serie, advierte hora que el desempeño de los Lakers debe ser también inmaculado.
“Este equipo contra el que estamos jugando tiene algo: Te hace pagar cada error”, dijo James después del quinto partido. “Es lo mismo que en todos aquellos años en que yo jugué contra Golden State. Te equivocas y lo pagas. Hay que entender eso”.
James está por imponer el récord de más partidos de playoffs disputados en la NBA. Es ya el líder anotador en la historia de los playoffs, con el mayor número de victorias, robos, disparos de campo y tiros libres ejecutados.
Pero hay un récord que no querría.
Pese a su grandeza, requiere de ayuda. Nadie ha sufrido más derrotas que él en partidos en que haya anotado al menos 40 puntos en la final de la NBA.
El quinto encuentro con esas características, que rompió el récord, fue el del viernes, cuando Miami se impuso por 111-108. De hecho, los últimos tres partidos de finales en que James ha anotado al menos 40 puntos terminaron en tropiezos —dos ante los Warriors en 2017 y 2018, y ahora uno ante Miami.
“Él responde en los momentos grandes”, destacó Alex Caruso, base de los Lakers. “Es desafortunado que no hayamos podido hacer una jugada más para él, a la defensiva o al ataque. No pudimos ayudarle, y él lo dio todo”.
Su todo no fue suficiente.