El trinitense Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA y que tiene sobre él una petición de extradición por parte de Estados Unidos, fue suspendido de por vida de toda actividad relacionada con el fútbol, por la Comisión de Ética del organismo.
El dirigente fue reconocido «culpable de diferentes actos reprobables de manera continua y repetida durante el periodo en el que ocupó puestos de alto nivel en la FIFA y en la Concacaf (Federación del Caribe, América del Norte y Central)» y sobre todo haber «propuesto o aceptado pagos ilegales», reveló la entidad en un comunicado.
Esta decisión que entró en vigor el 25 de septiembre fue tomada «a raíz de la investigación de la cámara de instrucción de la Comisión de Ética, concerniente a las condiciones de adjudicación del Mundial 2018 a Rusia y 2022 a Catar».
Warner es el segundo ex responsable de la FIFA en ser suspendido de por vida, después del estadounidense Chuck Blazer, ‘topo’ del FBI.
Ambos eran miembros del comité ejecutivo de la instancia mundial del fútbol, sacudida por un escándalo de corrupción sin precedentes en el que el presidente Joseph Blatter, está ahora siendo investigado por la justicia suiza.
Detenido en Trinidad y Tobago, Warner forma parte de los 14 dirigentes del fútbol mundial y de los empresarios arrestados el 27 de mayo por petición de las autoridades estadounidenses, por haber percibido unos 150 millones de dólares en sobornos y retrocomisiones desde el inicio de los años 1990, en el marco de sus actividades alrededor de este deporte.
La justicia de su país acaba de fijar el 2 de diciembre, como la fecha de su audiencia sobre su extradición a los Estados Unidos, en donde el personero está visto como la pieza clave del escándalo de corrupción que golpeó a la FIFA.