Las máximas autoridades del fútbol instaron a las 32 selecciones que se preparan para competir en la Copa del Mundo más política de la era moderna a concentrarse en deporte en Qatar y evitar dar lecciones de moralidad.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y la secretaria general del organismo, Fatma Samoura, enviaron una carta pidiendo a los equipos “dejar que el fútbol ocupe un lugar central” antes que los medios se centren intensamente en los técnicos y jugadores cuando se anuncien la lista oficial de convocados de las selecciones para el Mundial la próxima semana.
”¡Por favor, concentrémonos ahora en el fútbol!”, escribieron Infantino y Samoura al exhortar a las 32 federaciones que “no permitan que el fútbol sea arrastrado a todas las batallas ideológicas o políticas que existen”.
La elección de Qatar en 2010 como sede de la Copa del Mundo provocó un escrutinio sobre el trato que da a los trabajadores migrantes mal pagados, necesarios para la construcción de proyectos que cuestan decenas de miles de millones de dólares y sus leyes que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo.
Ocho selecciones europeas se han comprometido a que sus capitanes usen brazaletes con forma de corazón —en violación de las reglas de la FIFA— para apoyar una campaña contra la discriminación.
Varios técnicos y federaciones han respaldado los llamados para crear un fondo de compensación para las familias de los trabajadores migrantes. La escuadra de Dinamarca lleva una camiseta negra del equipo en señal de “luto” por los fallecidos en Qatar.
Irán también ha enfrentado llamados para ser eliminado antes que inicie su participación contra Inglaterra en el segundo partido de la Copa del Mundo el 21 de noviembre, en un grupo que también incluye a Estados Unidos.
Los grupos de aficionados iraníes quieren que la federación sea suspendida por discriminar a las mujeres y las autoridades de fútbol de Ucrania pidieron a la FIFA que retire a Irán de la Copa del Mundo por violaciones de los derechos humanos y suministro de armas al ejército ruso.
“Sabemos que el fútbol no vive en el vacío y somos igualmente conscientes de que hay muchos desafíos y dificultades de carácter político en todo el mundo”, escribieron Infantino y Samoura en su carta del jueves, en la que no abordaron ni identificaron un tema en específico.
“En la FIFA tratamos de respetar todas las opiniones y creencias, sin dar lecciones morales al resto del mundo. Una de las grandes fortalezas del mundo es, de hecho, su propia diversidad, y si la inclusión significa algo, significa tener respeto por esa diversidad”, subrayaron.
Infantino y Samoura agregaron: “Ningún pueblo, cultura o nación es ‘mejor’ que otro. Este principio es la piedra angular del respeto mutuo y la no discriminación. Y este es también uno de los valores fundamentales del fútbol”.
Repitieron las promesas realizadas por Qatar hace mucho tiempo, incluso por su emir en la asamblea general de Naciones Unidas en Nueva York en septiembre, de que todos los visitantes a Qatar serán bienvenidos “independientemente de su origen, antecedentes, religión, género, orientación sexual o nacionalidad”.
Se esperan alrededor de 1,2 millones de visitantes extranjeros en Qatar durante el torneo del 20 de noviembre al 18 de diciembre.