Karl-Heinz Rummenigge, director gerente del Bayerny una voz más que autorizada en el club bávaro, apenas tardó unas horas en empezar a calentar el partido de vuelta que se jugará el próximo martes. «Tenemos una cualidad en nuestra casa. Recuerda a un infierno. Debemos darles un baño caliente y demostrarles que así será», aseguró en la cena con patrocinadores, plantilla y cuerpo técnico posterior a la derrota en el Bernabéu.
«Me levanté después del 1-0 en la tribuna y no tuve la impresión de que los responsables del Real Madrid estuviesen contentos con el resultado. Saben lo que les espera en Múnich. En el partido de vuelta va a haber 70.000 espectadores detrás de nosotros. En Múnich se van a quemar hasta los árboles. El encuentro de Dortmund va a ser agradable en comparación con lo que les aguarda», ahondó.
Rummenigge también intentó estimular a su plantilla. «Chicos, no estéis tristes», les dijo. «Una derrota nunca es positiva, pero siempre vale para reaccionar. Y el martes se responderá«.
Las declaraciones de Rummenige, conciliadoras, contrastan con las de Beckenbauer.