El Real Madrid conquistó su primer Mundial de Clubes imponiendo su fútbol a la batalla que presentó San Lorenzo y plasmando su superioridad para convertirse en el mejor equipo del mundo, con goles de Sergio Ramos y Garteh Bale en el broche de oro a un año histórico (2-0).
El Real Madrid toca el cielo convertido en una máquina de ganar. Convirtiendo una final en un partido más de una racha victoriosa que no tiene fin. Veintidós encuentros consecutivos tumbando rivales que van dando forma a un equipo de leyenda. Tras cumplir el ansiado sueño de la Décima Copa de Europa conquistó por primera vez el título que faltaba en la sala de trofeos del Santiago Bernabéu.
Eran momentos en los que el Real Madrid subía el ritmo cuando apareció de nuevo Sergio Ramos vestido de salvador. El héroe de la Décima lo volvió a repetir. La rosca perfecta de Kroos en el córner encontró el poderío del camero en el juego aéreo. El defensa con alma de goleador remató con el corazón a la red y cambió el guión.
San Lorenzo ya estaba obligado a atacar y los espacios, tan bien aprovechados por la velocidad de la BBC (Bale, Benzema, Cristiano), permitirían al Real Madrid reencontrarse con su verdadera imagen en el segundo acto. No tardó en castigar a su rival con fallo garrafal de Torrico.
Apareció Isco para poner su magia en el pase entre líneas a Bale. Controló y chutó con la zurda sin colocación pero encontró el error en la postura de Torrico al intentar atajar la pelota. El galés tenía papel de protagonista principal en una nueva final en 2014, la tercera con gol tras la Copa del Rey y la Liga de Campeones.
Antes del fin hubo tiempo para que Casillas apareciese con una buena parada a disparo de Kalinski y otra a Mercier. El travesaño evitaba el doblete de Bale en un centro envenenado pero ya era lo de menos. El Real Madrid ya había conquistado el mundo con superioridad.