El Real Madrid ha logrado su 34ª Liga tras vencer al Villarreal por 2-1, el décimo partido consecutivo en el que el equipo blanco ha conseguido la victoria.
Con esta racha excepcional, sin ceder un solo punto desde que se reanudó la competición tras el parón del coronavirus, el torneo ha quedado decidido matemáticamente en la penúltima jornada y el Barça, que además ha perdido este jueves, será finalmente segundo.
Segundo también es el título de Liga en la cuenta particular de Zinedine Zidane como entrenador, el primero en su segunda etapa al frente del conjunto.
El Madrid tenía todo a favor este día. Quizá por eso mostró algunos nervios al inicio del encuentro ante el Villlarral o quizá solo era tensión. Pero enseguida empezó a dominar la situación.
No creaba ocasiones realmente peligrosas, pero cada vez se acercaba más a la portería de Asenjo, con mucha movilidad de sus jugadores de ataque, con Hazard y Rodrygo como titulares junto a Benzema, la gran referencia ofensiva del equipo.
Así hasta que justo antes de la media hora, el Villarreal se despistó un segundo en el centro del campo, lo justo para que Casemiro robara el balón de cara a puerta y lanzara un contraataque. Modric condujo hasta la frontal y habilitó a Benzema para que el francés definiera perfectamente y colocara el 1-0 en el marcador.
Seguramente en la pausa para la hidratación los jugadores supieran también que en Barcelona su rival por el campeonato iba perdiendo amte Osasuna (0-1), pero en ningún caso bajaron la intensidad.
Reacción amarilla; hundimiento azulgrana
El Villarreal, mermado por los problemas físicos que ha acumulado la plantilla últimamente, tampoco dificultó en demasía al líder en la primera parte. Calleja intentó cambiar las cosas en el descanso, con un doble cambio para reforzar el centro del campo.
Pero si un jugador destacó esta tarde-noche por encima de todos en esa línea ha sido Modric, un jugador que lleva como dorsal la nota que ha merecido el Madrid en este final de temporada: un 10.
Por si necesitara algo más el Madrid, una rocambolesca sucesión de acontecimientos le permitió al Madrid ampliar la ventaja con una nueva polémica arbitral de por medio.
Ramos, con la moral alta, robó el balón, galopó y cuando entraba al área se cayó ante la defensa de Sofian Chakla, un contacto difícil de apreciar en la televisión y que el VAR tardó mucho en certificar como penalti. A la hora de lanzarlo, en vez de disparar a puerta, el capitán se limitó a tocarlo ligeramente a modo de asistencia para Benzema, con quien se había puesto de acuerdo para sorprender al Villarreal.
Lo que pasa que el francés entró al área antes de que Ramos tocara el balón. Después de él, otros defensas se precipitaron también, circunstancia por la que el colegiado mandó la repetición de la pena máxima. En esta segunda ocasión fue el propio Benzema el que aprovechó la ocasión para marcar su 21º tanto en la Liga y acercarse a Messi –que también marcó esta jornada, en su caso el 1-1–.
Parecía que ya estaba todo decidido, pero aún hubo cierta emoción porque el equipo amarillo no se dio por vencido. A falta de diez minutos los castellonenses recortaron distancias con una gran finalización de Iborra.
El equipo blanco pasó apuros por unos instantes, pero cuando lo necesitó Courtois volvió a lucirse bajo palos con una doble intervención en las postrimerías del partido. Pero en el Camp Nou, Osasuna evitó emociones mayores en la lucha por el título con el 1-2.
Al final, el Madrid ha ganado y ha ampliado su dominio histórico en la máxima categoría del fútbol español. Eso sí, la celebración tendrá que ser muy diferente a la habitual, sin celebración con el público ni en el campo ni fuera, por la situación sanitaria. Lo que no ha faltado ha sido la presencia de autoridades para la entrega del trofeo.
Por cierto, que a pesar de la derrota, el Villarreal también ha asegurado su clasificación para la Europa League.