El Real Madrid tiene entre manos al próximo Zidane. No al sustituto inmediato del francés para la próxima temporada, sino a un candidato a ser su heredero a medio plazo en el banquillo. Se trata de Raúl. El histórico siete se ha sacado durante las últimas seis semanas el Diploma de entrenador UEFA A y B (el equivalente al antiguo nivel I y II) y la intención de la entidad es que siga una hoja de ruta similar a la que se empleó el galo: tomar experiencia en Valdebebas a la espera del momento idóneo de llegar al primer equipo.
Raúl: conexión con la grada y el vestuario
Se madurará a Raúl porque la fórmula Zidane ha demostrado ser efectiva. Raúl también contaría con la conexión afectiva con la grada, es respetado por el plantel (compartió vestuario con los actuales capitanes), ha recuperado la sintonía con Florentino tras su fría salida del club y otro de los factores de peso, la puesta en escena. El exdelantero madridista dominaría perfectamente uno de los cometidos que de unos años a esta parte acarrean los entrenadores blancos, el tener que ser portavoces oficiosos del club…
Lo decisivo es que Raúl finalmente se ha decidido. En junio del año pasado en una entrevista en Panenka estaba aún dubitativo. “Quiero ser entrenador, pero aún no lo he sentido…”, decía en aquel momento. En los últimos meses ha ido abrazando esa idea y empezaría en algún equipo de La Fábrica blanca. Una vez ha terminado esta formación teórico-práctica para sacarse la licencia de entrenador destinada a exfutbolistas de élite, a Raúl sólo le quedaría una más por sacarse, la UEFA Pro. Lo podría tener el próximo año y con ese carné estaría capacitado para dirigir a cualquier equipo. También al Real Madrid.
