El Barcelona del Tata sigue siendo el rey de la competición española. Si ya demostró el pasado sábado que puede con el Real Madrid, la victoria de hoy ha confirmado su fortaleza después de un partido tan trabajado y de desgaste. Los culés vencieron en un choque en el que el bloque celeste salió a por el partido sin importarle quien estaba enfrente de ellos. Las ocasiones del Celta malogradas fueron clave y el Barça no erró en sus oportunidades, lo que les valió para llevarse los tres puntos de Vigo.
El Celta de Luis Enrique comenzaron el partido de los reencuentros. Los celestes buscaron ser los dominadores del esférico a sabiendas de como sufren los blaugranas sin el control del esférico.
La propuesta de los locales era buena y estaba funcionando cuando Cesc Fábregas robó un balón a Cabral que resultó letal. El barcelonista comando una cabalgada desde los tres cuartos de campo culminada con un disparo que Yoel supo rechazar, pero no atajar, lo que valió el primer tanto del encuentro. Alexis Sánchez, que cumplía su partido número 100 en Primera División, remató a placer en el minuto ocho un balón muerto en el área de los vigueses.
La vuelta de vestuarios resultó prolífera para el Barcelona. Los culés, que no fueron dominadores de forma clara en los primeros 45 minutos pese al resultado, dejaron casi sentenciado el encuentro con el segundo tanto. Un tiro de Fábregas desde la frontal pegó en el larguero y después en la espalda de Yoel para traspasar con fortuna la línea de gol y sumar el segundo gol al electrónico.
Una distancia que se vio ampliada seis minutos más tarde. De nuevo Cesc Fábregas finalizó una jugada llevada por Leo Messi por el carril central del tapete de Balaídos. Tres goles se convertían en una distancia insalvable para el Celta de Vigo.
