El Tottenham ha tasado en 130 millones el traspaso de Gareth Bale al Real Madrid y, lejos de impresionarse, el presidente Florentino Pérez se ha mostrado dispuesto a poner sobre la mesa 115. Un desembolso que supondrá, en caso de concretarse, un récord histórico. El Barça también lo tuvo en su punto de mira, aunque ya le pareció caro cuando ni tan siquiera se hablaba de estas enormes cantidades.
Hace dos años, en verano de 2011, el Barça ya valoró su contratación, pero el precio que le exigieron desde el club inglés rondaba los 40 ‘kilos’. Prohibitivo, entendieron entonces, para un lateral izquierdo. Un año después, ya con Abidal fuera de la actividad del primer equipo por enfermedad, el club azulgrana repitió el sondeo encontrando la misma oposición económica. El jugador se había revalorizado en el mercado actuando en otras posiciones. Fue entonces cuando se lanzaron a por Jordi Alba, por el que pagaron 14 millones de euros al Valencia.
Los informes que sobre el talentoso jugador realizaron desde la dirección deportiva aseguraban que se trataba de un fuera de serie, de un defensa con unas cualidades portentosas, con llegada y gol. Más avanzado, Bale se ha salido. El club azulgrana nunca le ha descartado por cuestiones técnicas o deportivas. El ‘no’ fue exclusivamente un asunto monetario.