Día inaugural, al fin.
Una temporada de béisbol que parecía imposible debido a la pandemia de coronavirus se pone en marcha la noche del jueves, cuando el intenso Max Scherzer y los campeones Nacionales de Washington enfrenten a los Yanquis de Nueva York y Gerrit Cole, el as que costó 324 millones de dólares.
Si se logra jugar — se pronostican aguaceros en la capital federal, por si faltase otro inconveniente — marcará el año más extraño en la historia de las Grandes Ligas.
Una temporada de 60 partidos, estrellas que renunciaron jugar. Estadios sin aficionados, jugadores portando mascarillas. Efectos de sonido para simular vítores e imágenes de aficionados de cartón. Anuncios pintados con aerosol en el montículo y lanzadores con bolsas de resina personalizadas.
Y un sinfín de extrañas reglas. Bateadores designados en la Liga Nacional, pues está bien. Un corredor en la segunda base para iniciar los extra innings, ¿en serio?
“Va a ser divertido”, dijo Cole. “Tendremos ruido artificial de aficionados. Es un béisbol de coronavirus en el 2020”.
Además de un equipo que aún no sabe en dónde va a jugar como local. Excluidos de Toronto debido a la pandemia, Vladimir Guerrero Jr. y los Azulejos seguía buscando un sitio.
“Simplemente tienes que aceptarlo. Parece que todos los días hay un reto y uno tiene que superarlo. Si así va a ser, así tendrá que ser”, reconoció Scherzer.
“Este es el béisbol en 2020”, agregó.
Para muchos aficionados, así será. En realidad no hay opción. Cuatro meses después de que los encuentros debían comenzar, un atípico juego es mejor que nada, ¿verdad?
Veremos.
El primer día brindará una atractiva doble cartelera: un duelo de ases Washington, seguido de un partido en el Dodger Stadium cuando Clayton Kershaw enfrente a los Gigantes de San Francisco.
Kershaw no enfrentará a Buster Posey, el seis veces “All-Star”, tres veces campeón de la Serie Mundial y Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en el 2012. El cátcher de los Gigantes y su esposa adoptaron gemelas que nacieron prematuras. Posey está entre una docena de beisbolistas que decidieron no jugar este año.
“Desde un punto de vista del deporte, fue una decisión difícil”, dijo Posey. “Desde el punto de vista de la familia, tomar la decisión de proteger a las niñas, nuestras hijas, fue realmente fácil”.
Los lanzadores David Price (Dodgers) y Félix Hernández (Bravos) tampoco jugarán, al igual que el infielder Ryan Zimmerman (Nacionales) y el jardinero Nick Markakis (Bravos).
Otros tampoco estarán listos este fin de semana. El miércoles, los Reales informaron que Hunter Dozier (26 cuadrangulares y 10 triples en el 2019) dio positivo por el virus y fue puesto en la lista de incapacitados.
Para aquellos que están saludables, es momento de jugar. ¿Por cuánto tiempo mientras el virus sigue amenazando? Ya veremos.
Recordemos, esta es una carrera corta. La recomendación inicial de expandir el número de equipos en la postemporada fue descartada y será una batalla por uno de los 10 equipos que jugarán en octubre.
La primera bola en el Nationals Park para iniciar un calendario con poca pausa debido al COVID-19 será lanzada por el doctor Anthony Fauci, el máximo experto en enfermedades infecciosas y que la liderado la respuesta al coronavirus en Estados Unidos.
“Solía jugar béisbol cuando era pequeño”, dijo Fauci, de 79 años, a CNN. “Espero que la bola no llegue picando”.
No se preocupe, doctor. Incluso antes del primer lanzamiento, esta temporada ya había tenido que fildear demasiados malos rodados.
Didi Gregorius y Clint Frazier conectaron jonrones en juegos de práctica, empleando mascarillas. No son de uso obligatorio en el terreno, pero se deberá cumplir con un amplio protocolo.
Hay que guardar distanciamiento social en la cueva. No se podrá repartir la bola por todo el cuadro interior tras un ponche. Las mascotas, como el Phillie Phanatic, no podrá estar en el terreno.
Tampoco saludos con la mano.
“Creo que chocar la mano volverá y será lo más lindo en el béisbol este año y será lo más lindo en el deporte”, dijo el astro de los Filis Bryce Harper.
Demasiados protocolos a seguir para los jugadores, acostumbrados a rutinas desde que eran niños.
“¿Será perfecto en el primer día? Lo más probable es que no”, comentó el mánager de los Atléticos Bob Melvin.